En el marco del juicio, la ex presidenta coincidió con los otros imputados Julio De Vido y Lázaro Báez, pero no los saludó.
La ex mandataria fue la última en llegar a la sala AMIA y se ubicó, por disposición del Tribunal, en la última fila de imputados pegada al vidrio blindex que separa a los acusados del público, que estuvo colmada de militantes, diputados kirchneristas y ex miembros de su Gobierno.
Al ingresar al recinto, Cristina Kirchner no saludó a ninguno de los otros imputados y sí estuvo atenta a la lectura de la acusación en todo momento y con diálogo permanente con su abogado Carlos Beraldi, ubicado a su lado.
Los detenidos Báez y De Vido estuvieron sentados uno junto al otro en la primera fila de la sala de audiencias, sin cruzar palabra con la ex presidenta.
El empresario, que fue trasladado hasta Retiro desde el penal de Ezeiza, y De Vido, que también llegó esposado desde Marcos Paz, intercambiaron algunas palabras y al comienzo del juicio hasta se permitieron risas.
En la sala también estuvo presente el "arrepentido" de la causa "Cuadernos" y ex secretario de Obra Pública José López, quien fue ubicado en el sector de las querellas, bastante lejos de los lugares que ocuparon De Vido, Báez y Cristina Kirchner.n