“Cuando el pobre compra, otro le pone el precio; cuando el pobre vende, otro le pone el precio…” (Don Máximo). Siempre es otro el que tiene el poder sobre los precios. Resulta que no hay nada más político que la comercialización.
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A fines de los ’80, la ONG BePe Bienaventurados los Pobres, desarrolla su acción en Catamarca, La Rioja y Santiago del Estero con “Encuentros de Animadores de Comunidades”, donde circulan historias de vida y regalos espontáneos entre participantes. Los dones van acompañados de cartas donde estos grupos regatean sus vidas, en el sentido de conocer cómo le va a cada uno y que problemas ha tenido, de manera de despertar las solidaridades recíprocas. Los participantes vuelven a sus comunidades y comparten lo vivido, y para el próximo encuentro preparan un regalo para ofrecer a quienes sufren esencialmente lo mismo, pero singularmente distinto.
En 1988, en el informe de la Evaluación Institucional de BePe., se afirma: “Nuestro Pueblo necesita producir para autoconsumo, para no regalar el trabajo, para caminar hacia el AUTOABASTECIMIENTO, a formar el ‘Mercado común regional’, o la ‘Economía Intergrupal Regional’”. (BEPE, 1988: s/d). Con esta premisa, durante gran parte de la década del ‘90, se crea un complejo logístico: el Comercio Alternativo y Solidario de las Comunidades Organizadas del NOA. Treinta y seis comunidades del campo y la ciudad, un camión, un centro de producción, un fondo rotativo, un equipo técnico, reuniones de representantes zonales y asambleas de comunidades. Aproximadamente se intercambian anualmente cien toneladas de alimentos entre 1994 y 1999. La crisis de la convertibilidad golpea al comercio alternativo y ya no es posible sostener el camión ni al chofer. Para el inicio del nuevo milenio, las comunidades se repliegan hacia adentro, procurando fortalecer la autoproducción de alimentos.
En 1999, BePe realiza una investigación para rescatar las semillas autóctonas de la zona del Norte Chico de Belén. Culmina con la organización de la Primera Feria de Semillas de Belén. Las Ferias de Semillas son fiestas en donde se intercambian productos campesinos de todo tipo. Desde el año 2002 hasta la actualidad la Feria se realiza anualmente en el norte de Fiambalá. En el año 2009 se crea la Asociación Campesinos del Abaucán, y a partir de 2011 la feria de semillas se vuelve Feria Provincial.
En el año 2000 se realiza la primera Feria del Club del Trueque Catamarca. Nace el Talento Catamarqueño como moneda social. Al año siguiente se crea la Red Prosumidores Catamarca (RPC): doce Clubes en Capital y el interior, con más de mil doscientas personas. Se organizan Asambleas Provinciales de Coordinadores de Nodos y se discute la ordenanza Declaración de Interés Municipal a las Redes de Trueque Multirecíproco (Capital). El aumento de la liquidez de la moneda formal, y la aparición de Ferias Francas promovidas por la provincia y los municipios, hace que se pierda el interés por el trueque. El Ministerio de Producción abre el PCPC Paseo de Compras de Productores Catamarqueños, y la municipalidad de Fray Mamerto Esquiú la Feria Chacarera. El Trueque tiene una triste agonía hasta el año 2005, y una epigénesis en la Feria Franca AshpaypaMakis.
Ya en 2003, experiencias económicas populares participan en la Fiesta Nacional e Internacional del Poncho, como grupos vulnerables. Una Red Vecinal comienza a organizar las Ferias de Saberes en los distintos barrios, mostrando sus creaciones. Y en Andalgalá, la Feria Franca es todo un éxito. Esto estimula la creación de la Feria Franca AshpaypaMakis, en la Plaza 25 de Agosto (Capital). Después de algunos años, con demasiados problemas en la plaza, la AshpaypaMakis se orienta a ser una organización de feriantes itinerantes.
“Una carpa que demuestra que otra economía es posible”. Así presenta la prensa a la “Carpa de las Organizaciones Económicas Populares” del 2005, primera experiencia específicamente de la Economía Social y Solidaria en la Fiesta del Poncho. A fines del 2006, y con un proyecto del Ministerio de Desarrollo Social de Catamarca, financiado por el de Nación, comienza a pensarse la “Carpa Achalay, Poncho para Todos”. Esta organización, con grados muy importantes de autonomía, co-construye y coproduce política pública. Hoy la Carpa se presenta como: Achalay, Red de Organizaciones de la Economía Social y Solidaria, y está presente todos los sábados en la feria de la Plaza 25 de Mayo, en el espacio del Portal del Emprendedor del Ministerio de Desarrollo Social de la Provincia, y en muchos otros espacios que se abren a esta propuesta.
A fines del 2016 se presenta el desafío de abrir el primer local permanente para la Economía Popular, Social y Solidaria. Como parte del programa Primero lo Nuestro del Ministerio de Desarrollo Social de la Provincia, la Cooperativa Juanito Contreras administra un punto de venta en el Shopping Terminal. La experiencia se desarrolla con la filosofía del Comercio Justo: la transparencia en toda la cadena del productor al consumidor, y el precio justo para productores y consumidores. La Cooperativa autorregula sus ingresos al 20% sobre ventas. Y ahora abre el segundo local: Pachamanka Alimentos Cooperativos, donde se comercializan alimentos de Catamarca y del resto de país: Empresas Recuperadas; Cooperativas y Asociaciones de Productores Familiares; Fincas agroecológicas y orgánicas; Federaciones de trabajadores autogestionados; etc.
Como se dijo, es en la circulación en donde se juega el poder relativo entre oferentes y demandantes. Por eso hoy se convierte en estratégico que la comercialización de alimentos, y otros bienes y servicios esenciales, sea regulada por el Estado y esté en manos de las organizaciones económicas del pueblo. La eficiencia no se logra dejando afuera a la gente.