La Cámara de Diputados registró un desmesurado crecimiento de su planta política y atraviesa por una situación financiera muy complicada. Según información a la que accedió El Ancasti, la Cámara baja tuvo 330 nuevas altas en los primeros ocho meses del año. Un 74% de los nuevos nombramientos se realizó durante la gestión radical-barrionuevista que lidera Marcelo Rivera (F3P). El cálculo puede llegar hasta el grotesco si se piensa que cada legislador tiene 37 empleados.
Este año se produjeron 330 designaciones hasta agosto en cargos políticos y se calcula que en septiembre siguió creciendo la planta política. Las bajas no siguieron el mismo ritmo porque el presidente de la Cámara baja, Marcelo Rivera, evitó realizar la desvinculación de dirigentes del peronismo que habían entrado con las gestiones anteriores. El colmo de la situación es que ya no hay lugar físico posible para que los nuevos ingresantes cumplan con las funciones, en algunos casos deambulan por los pasillos y en otros solo firman alguna planilla.
Es cierto que la Cámara baja arrastra un desequilibrio financiero de hace algunos años, situación que se profundizó en la gestión del ahora diputado nacional Néstor Tomassi. Sin embargo, todo indica que está al borde del colapso financiero.
Jorge Moreno asumió la Presidencia del cuerpo en diciembre del año pasado cuando Tomassi dejó el cargo para pasar al Congreso de la Nación. Las designaciones en su gestión fueron en los meses de febrero (74), marzo (9) y abril (2). Es decir que alcanzó a 85 nombramientos. En mayo, a partir del recambio de gestión, se produjeron 73 nuevas designaciones; un total de 118 entre los meses de junio y julio y otras 54 en agosto, lo que representa un total de 245 nombramientos que ya están por fuera del presupuesto aprobado para este año. Esto permitiría concluir que la planta política creció un 74% durante la conducción radical-barrionuevista.
La situación es difícil para el pago de sueldos y la esperanza de las autoridades está puesta en un pedido de ampliación presupuestaria. Se estima que con una remuneración promedio de $ 8.500 en bruto, es decir ya incluidas las cargas sociales, el gasto salarial representa 36,5 millones extras, solo para el pago del nuevo personal.
En el marco de las designaciones se observaron algunas particularidades. Por ejemplo, en agosto hubo 15 traslados de personas que se desempeñaban en otros ámbitos del Estado. Esto también implica un gasto mayor porque se trata de cargos políticos que tienen una mayor remuneración en Diputados.
Para este año, la Cámara de Diputados había presupuestado un total de 1.166 empleados. En enero, el año comenzó con 1.187 agentes. Se había fijado en 768 el número de cargos de la planta de personal permanente y en 139 el número de cargos de la planta de personal no permanente. Y para el agrupamiento transitorio con funciones políticas se preveían 529 personas. Ésa fue la estimación que se aprobó a fin de año: Sin embargo, las nuevas designaciones están ya por fuera del cálculo que se realizó en el presupuesto e implica un crecimiento del 28%, sin respaldo presupuestario.
Explicaciones
El mes pasado, el secretario administrativo de la Cámara baja, Sergio García, había reconocido que la situación era ajustada.
Para este año, la Cámara baja tiene asignado un presupuesto de $ 166.641.120. Ya en septiembre, García había admitido que el presupuesto ya estaba "consumido", es decir ejecutado. La esperanza del Poder Legislativo está en una cláusula que el año pasado se introdujo en el presupuesto legislativo y por la que se establecía que cualquier incremento salarial sería asumido por el Poder Ejecutivo.
Según trascendió, en este mes la Cámara baja liquida ya todo su presupuesto y por ello iniciará las gestiones para reclamar que el Ministerio de Hacienda aumente las transferencias a partir de la devolución de los fondos que se destinaron para pagar el incremento salarial. La Cámara de Senadores ya inició también ese reclamo y pidió $ 12.700.000 para cubrir el resto del año.