Violencia de género: denuncian a individuo por violar constantemente la perimetral
Está acusado de golpear a una de sus hijas, de amenazar a otra con un arma y además de violencia verbal, psicológica y económica.
El individuo y su pareja, violando la perimetral, según la documentación presentada ante la Justicia.
Un sujeto identificado como Antonio Russo fue denunciado por violar en reiteradas ocasiones la orden de restricción perimetral impuesta por la Justicia. El individuo, que tiene varias denuncias de violencia de género contras sus propias tres hijas, no puede acercarse a ninguna de ellas, pero pese a la medida judicial lo ha hecho en varias oportunidades, según la denuncia presentada ante la Unidad de Género. Russo fue presidente del club Villa Cubas durante la década pasada.
La última oportunidad en que violó la perimetral, siempre según la denuncia, fue la semana pasada, cuando se paró frente al negocio donde una de sus hijas trabaja, y su pareja, de apellido Molina, sobre la que pesa también una orden de restricción, incluso ingresó en el comercio. En la denuncia radicada en sede judicial se presentaron fotos y videos donde se observa con claridad la presencia de Russo a escasos metros de su hija, cuando no puede acercarse a menos de 200 metros. Anteriormente, en el mes de febrero de este año, según la presentación judicial, el hombre se habría acercado deliberadamente a la joven cuando ésta se encontraba en una confitería céntrica.
La orden de restricción perimetral fue interpuesta porque Russo habría amenazado con un arma a una de sus hijas. También pesa sobre él una denuncia por golpes que le habría propinado a otras de su hijas, lo que originó que la mujer, que en ese momento tenía 19 años, fuese internada en el Hospital San Juan Bautista.
El Ancasti ya había dado cuenta del padecimiento que sufren las jóvenes. En una publicación del 4 de noviembre de 2021 se relata la angustiante situación de las jóvenes, que denunciaron haber sido víctimas de violencia física, verbal, psicológica y económica por parte de Russo. En aquella oportunidad le pedían a la Justicia que las proteja.
En otra publicación, del 25 de febrero del año pasado, la madre de las jóvenes, que está separada de Russo desde hace varios años, relató, en diálogo con El Ancasti, que una de sus hijas “nos vino a visitar el 19 de febrero, regresó a Catamarca después de 5 años. La realidad de nuestra familia y su historia de violencia era un obstáculo. Logró superarlo y vino. Entre sus actividades quiso retirar pertenencias suyas y documentación en nuestra casa de La Carrera, sede de lo que fue el hogar familiar. Dichos objetos y papeles están en posesión de su padre. El día 20 de Febrero, fue a buscar sus pertenencias, llegó al lugar, pero una mujer, que luego la Justicia nos informó que es de apellido Molina, no le permitió acceder y le dijo que Antonio no estaba, que no la iba a dejar pasar y que si no se retiraba no iba a dudar en matarla en ese momento”.
La madre continuó el relato diciendo que la joven, en estado de pánico, se retiró del lugar. “El día 21 viene el segundo hecho de violencia, encontrándose mi hija en la vereda en nuestro domicilio familiar, esperando una amiga, se detiene una camioneta blanca, manejaba Antonio Russo, el cuál volvió a repetir las amenazas de la señora, pero esta vez exhibiendo un arma y gritando insultos gravísimos. Mi hija intentó gritar y él escapó. No se hizo denuncia en ese momento por temor y por una naturalización que tiene esta familia de 4 mujeres de la violencia verbal, física, y de la nula respuesta de la Justicia frente a hechos gravísimos de violencia para todas, y por la escasez de recursos económicos que se necesita para ponerle un parate a la violencia ejercida por Russo. Violencia que ocurre desde mucho antes de la primera denuncia formal del 2014”.
Y agregó: “No conforme con maltratar, hostigar, amenazar a una joven que dejó de paternar, asistir desde el 2016, el día 23 de febrero, mi hija fue objeto de una falsa denuncia. Recibió una notificación sumamente informal de la Unidad Especial de Violencia Familiar y de Género la cual informaba que había sido denunciada por la mujer de apellido Molina que la había amenazado previamente. De la Justicia dijeron que no nos preocupemos, que el fiscal ya había desestimado a la denuncia... que ya nos informarían. Frente a esta manera delictual de manejarse y este método consuetudinario de mal uso de la justicia por parte de Antonio Russo, mi hija decidió hacer la denuncia del maltrato y amenazas que recibió”.
“Pedimos, exigimos que alguien le ponga un parate a semejante locura, nos ha violentado a todas, y a esta altura tememos por nuestras vidas”, explicaba en aquellos momentos.
A juzgar por las nuevas presentaciones judiciales, el calvario para las cuatro mujeres continúa. Y ya lleva más de una década.