sábado 30 de noviembre de 2024
Primer juicio por jurados de Tinogasta

Matías Córdoba fue condenado a prisión perpetua por el crimen de Luis Ramos

En audiencia de cesura se estableció además la condena para la ex novia del homicida, Luján Robledo, a 4 años de prisión, que se hará efectiva recién cuando el fallo quede firme.

Marcelo Soria, el juez director del primer juicio por jurados que se llevó a cabo en Tinogasta, condenó ayer a prisión perpetua a Matías Javier Córdoba (22), quien fue hallado culpable de "homicidio agravado para consumar y asegurar su resultado y la impunidad (criminis causa)" y "robo en concurso real en calidad de autor "en perjuicio de Luis Adrián Ramos (43).

El veredicto de culpabilidad emitido por el jurado popular también alcanzó a quien fuera novia de Córdoba al momento del crimen, Luján de los Ángeles Robledo (20), quien ayer fue condenada a 4 años de prisión por "encubrimiento". El juez dispuso además que la pena sea de cumplimiento efectivo pero a partir del día en que el fallo quede firme. Mientras tanto, la joven seguirá en libertad.

El debate se desarrolló la semana pasada en un salón de la ciudad de Tinogasta -que fue acondicionado especialmente para la ocasión-, y causó conmoción en la región porque vecinos de la zona integraron el jurado popular y porque se juzgó un brutal homicidio cometido el 10 de abril de 2022.

En la mañana de ayer y como estaba previsto se realizó la audiencia de cesura de debate (instancia de discusión posterior al veredicto popular donde se discuten sus consecuencias jurídicas y se fijan las penas), con la presencia de Córdoba en la Oficina de Gestión de Audiencias (OGA), mientras que Robledo participó mediante videoconferencia desde la ciudad de Tinogasta.

Asesinato

De acuerdo con lo que se expuso durante las cuatro jornadas de debate, la noche de ese 10 de abril Ramos fue asesinado por Córdoba a golpes y con un destornillador que usó como puñal.

El crimen ocurrió en la casa de Ramos, ubicada en el paraje Santa Rosa, en Tinogasta, y fue admitido por Córdoba cuando declaró en la primera jornada del juicio, con el patrocinio legal de su defensor particular Julián Nando Quintar.

Según el Ministerio Público Fiscal (MPF), representado por el fiscal del caso Luis Jorge Barros Risatti y el fiscal de Cámara, Miguel Mauvecín, Córdoba contó con la colaboración de quien era su novia, Luján Robledo, para trozar el cuerpo para hacerlo desaparecer.

Para los investigadores, Córdoba lo asesinó para evitar que se descubra el robo de elementos del inmueble. Por eso fue imputado por homicidio criminis causa, para preparar, consumar u ocultar otro delito, asegurar sus resultados o procurar la impunidad. Posteriormente se produjo el desmembramiento del cadáver, separando sus miembros y la cabeza que depositaron en bolsas para su posterior traslado en la motocicleta que pertenecía a la víctima.

De acuerdo con la pesquisa, la faena no se interrumpió porque la cuchilla que utilizó Córdoba se rompió a la altura del mango. Las partes del cuchillo fueron halladas en el lugar del hecho y además en los restos del cadáver se hallaron cortes a medio realizar que habrían sido interrumpidos por la rotura de esa herramienta.

Si bien Córdoba se esforzó en sacar a Robledo de la escena del hecho asegurando que tampoco participó del asesinato, la involucró en las tareas de limpieza y traslado de los restos a la antigua bodega de Cachiyuyo, donde finalmente fueron hallados por personal policial.

En este punto la mujer, asesorada por el abogado Julio Roberto Sosa, dijo que efectivamente fue a la bodega pero otro día, para mantener un encuentro íntimo con Córdoba que no pudo concretarse por cuestiones biológicas.

Pero los investigadores fueron implacables. El comisario de la Policía de la Provincia especializado en criminalística, Ricardo Escalante, participó de la investigación y fue contundente. Confirmó el rastro que había dejado la moto sobre el camino de tierra, en la bodega, y la existencia de dos tipos de calzados, uno de ellos de menor tamaño.

Además, por la dimensión del cuerpo de la víctima y la cantidad de partes desmembradas se estableció que prácticamente hubiera sido imposible que el traslado, por más de 10 kilómetros, lo haya realizado una sola persona.

La pesquisa confirmó la versión de Córdoba y dejó expuesta a Robledo, quien al momento de hacer uso de la palabra durante los alegatos de clausura tildó a su ex de mentiroso advirtiendo que le llamaba la atención que desde que se inició la causa el joven nunca la había involucrado en sus declaraciones y ahora, en la instancia del juicio, sí lo hacía complicándola "porque soy una madre joven con un hijo pequeño".

En la investigación también fueron fundamentales las imágenes de una cámara de seguridad que registró cuando los dos circulaban en la moto de Ramos y luego la dejaban abandonada después del asesinato. De igual valor fueron los testimonios aportados por los testigos de la fiscalía, ya que la defensa no presentó testigos.

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