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SUSCRIBITEDaniel Enrique Coria, de 38 años, con domicilio en la localidad de Malvinas Argentinas. Un hombre con antecedentes penales que terminó asesinado, descuartizado y calcinado en lo que se presume se trató de un ajuste de cuentas vinculado al narcotráfico y ordenado desde una cárcel de la provincia de Córdoba.
La fiscal Claudia Palacios recibió en las últimas horas, a partir del cotejo de ADN, la confirmación de que la víctima de toda esta historia era efectivamente quien se presumía que había sido.
Un caso que Cadena 3 reveló en exclusiva hace 15 días y que aún tiene varios cabos sueltos en la investigación. Una historia atroz que vuelve a poner en evidencia cómo ha proliferado lo peor de la violencia narco adentro de Córdoba.
Se trata de un expediente en el que ha sido clave un trabajo casi artesanal ejecutado por peritos de la Policía Judicial e investigadores de la división Homicidios de la Policía de Córdoba.
En esta reconstrucción se sostiene, según indicaron las fuentes consultadas, que en el anochecer del martes 14 de febrero, Coria salió de su casa en Malvinas Argentinas. Si bien llevaba la llave de su moto, se fue a pie. A los pocos metros, indicaría luego un testigo clave, se subió a un auto donde lo esperaban al menos dos personas.
Personas que la fiscalía identificó como los hermanos Carlos Daniel Figueroa (41) y Héctor Oscar María Figueroa (31). Ambos tienen domicilio en una precaria zona de Camino a Chacra de la Merced, en barrio Parque Este, de la ciudad de Córdoba.
Cerca de allí, en un basural de Bajada de Piedras, próximo a la Circunvalación, el miércoles 15 de febrero a la noche apareció el cadáver calcinado de Coria.
En la causa se sostiene que los hermanos Figueroa junto al hijo de uno de ellos, Michael Joel Figueroa (19), secuestraron bajo engaños a Coria, lo ejecutaron, lo descuartizaron y lo quemaron.
En los teléfonos secuestrados a los Figueroa aparecen diálogos reveladores. En uno de ellos, alguien pide más gomas (cubiertas) y merca (cocaína) para continuar quemando algo. Se presume que se trata del cadáver, que fue incinerado durante 24 horas.
La principal hipótesis indica, según confirmaron fuentes judiciales, que el asesinato pudo haber sido ordenado desde la cárcel. Un preso condenado por narcotráfico que mandó a matar a Coria por un presunto robo de drogas en una vivienda de la banda que este preso aún maneja.
El dato surge de una serie de mensajes que han sido encontrados en los teléfonos ya secuestrados en esta investigación. Lo que obligó a allanar un par de celdas de la cárcel de Bouwer.
Pero esto no es todo: también existirían videos o mensajes del momento en que están quemando el cadáver. «Una prueba para mandarle a quien ordenó el crimen», apuntó un avezado investigador.
"Como en México, lo quemaron con cubiertas", agregó otro informante.
En las últimas horas, el Centro de Genética Forense confirmó que los restos óseos quemados hallados en medio del basural corresponden a Coria.
Los investigadores ya lo presumían: junto a algunos huesos habían encontrado una llave que, según se comprobó, era la de la moto de Coria. Por eso, ya su familia presumía de este final.
El jueves, se ordenó que los restos sean entregados a sus familiares. Este viernes, será velado.
No está claro si la fiscalía ya determinó cómo asesinaron a Coria.
La fiscal por ahora mantiene detenidos e imputados a los tres Figueroa por el delito de homicidio simple.
"Tal imputación es provisoria y podría ser modificada por una más gravosa", se indicó de manera oficial.
Y se agregó: "Se continúan realizando investigaciones a cargo de personal dependiente tanto de la Unidad Judicial Especial de Homicidios, así como de esta Fiscalía de Instrucción, con la finalidad de establecer la mecánica exacta del hecho y las circunstancias que rodearon el evento investigado, por lo que no se descarta que se produzcan nuevas detenciones. A su vez, restan a la fecha incorporar Informes Técnicos solicitados a las diversas Secciones de Policía Judicial al momento del hallazgo".
