viernes 29 de marzo de 2024
FUNDAMENTOS POR “FEMICIDIO EN TENTATIVA”

“Con actos y también con expresiones, incurre en violencia de género”

El pasado 20 de febrero, Oscar Dardo “La Chancha” Villarreal fue condenado a la pena de 14 años de prisión.

Por Redacción El Ancasti

“Empezamos a forcejear. La golpeé. Ella no me dejaba sacar mis cosas. Preparé todas mis cosas… peleamos. Me pegó una cachetada y yo le pegué un azote con el cinto y me retiré. Pido perdón por la cachetada que le pegué y el azote. Lo acepto. Me hago cargo de la cachetada y del azote”, había declarado Oscar Dardo “La Chancha” Villarreal en la Cámara Penal de Tercera Nominación. Había llegado imputado por los delitos de “desobediencia judicial”, “femicidio en tentativa” y “resistencia a la autoridad”.

El 25 de noviembre de 2018 en una pequeña localidad de El Alto, “La Chancha” golpeó a su expareja. Según se precisó, había una orden de restricción del Juzgado de Familia de La Paz.

"Además de golpearme me puso un lazo en el cuello, lo colgó en el techo, hizo una ahorca y me colgó. Tuve mucho miedo y le agradezco a Dios y a mi hijo, que fue a buscar ayuda. Sé que estoy viva de milagro y le doy gracias a Dios y a mi hijo. Esa noche saqué fuerza de donde no tenía. Pido justicia por mí, por mis hijos. Creo que él no está arrepentido porque a una mujer a la que se ama, a la madre de sus hijos, no se le hace esto", expresó la denunciante.

El fiscal de Cámara Miguel Mauvecín, en su alegato, destacó que “con total desprecio fue y se metió en la casa, sin importarle lo que diga la Justicia. No le importó que hubiera criaturas, hasta lo amenazó de muerte a su hijo”. Además, a su entender, quedó totalmente acreditado el “femicidio en grado de tentativa”. Detalló que Villarreal, la noche del hecho, ingresó al domicilio con claras intenciones de quitarle la vida porque ya había un historial de violencia pero nunca lo habían denunciado. “Además, Villarreal se lo dice a la víctima 'ahora te voy a matar, si no sos mía no sos de nadie'. Típica frase. Y la azota y la golpea de tal forma hasta que logra ponerle la soga en el cuello. Ella (la víctima) dice que Villarreal le soltaba y le ajustaba el nudo en el cuello como que estaba jugando antes de quitarle la vida. Ella dijo ‘me quería quitar la vida’. Podríamos estar hablando de un homicidio por placer si quiere, el placer de verla sufrir", advirtió Mauvecín.

Por otro lado, el fiscal hizo especial hincapié en la pericia realizada a la víctima señalando que de la pericia surge que la señora tiene “daño psicológico con una secuela del hecho, como un daño colateral. Y este daño psicológico deviene del círculo de violencia en el que ella estaba inmersa en la relación desigual de pareja con el acusado porque ese espiral de violencia había pasado ya por tres fases: la fase de acumulación de tensión, que es la primera; la segunda, que se llama 'la del golpe', y la tercera, que se le llama la fase 'la luna de miel', en donde el golpeador, el acusado se arrepiente, pide disculpas y ella lo termina perdonando. Esas tres fases se advierten en la pericia realizada por los profesionales", recordó.

Por ello había pedido una condena “ejemplificadora” y solicitó una pena de 15 años. En tanto que el defensor oficial del acusado, Nolasco Contreras, pidió la absolución de su defendido y la inmediata libertad.

Fundamentos

Por unanimidad, los magistrados Marcelo Soria, Jorge Palacios y Fabricio Gershani Quesada lo hallaron culpable. Al mismo tiempo, fijaron una pena de 14 años de prisión y se ordenó que se investigue un delito de instancia privada que la damnificada había contado en el debate.

De acuerdo con los fundamentos de la sentencia, a los que El Ancasti tuvo acceso, Villarreal fue debidamente notificado de la medida de “exclusión de hogar y prohibición de acercamiento” por el término de 60 días, pero, a pesar de la orden impartida y notificada, Villarreal, haciendo caso omiso, no solo ingresó a la vivienda sino que además, luego de ingresar, fue en busca de su expareja, a quien agredió, intentando segar su vida. Para los jueces, quedó demostrado que el acusado intentó dar muerte a esta mujer y su testimonio puso luz en aquella conducta reprochable. A su declaración, se sumaron otros testimonios que dieron cuenta de la golpiza a la que sometió a su expareja.

“El accionar del incoado Villarreal se agrava por mediar violencia de género, debiéndose señalar que ésta no reposa en la cuestión biológica de la condición orgánica, sino en el aspecto cultural de la construcción, derivados de las estructuras sociales de naturaleza patriarcal. Villarreal, no solo con actos sino también con expresiones, incurre en violencia de género, en relación con su expareja. El acusado lleva adelante su comportamiento disvalioso, en un momento en el que él se encontraba solo con la víctima y sin que ninguna persona pudiera evitar o impedir la agresión. En lo que atañe a la calidad de los motivos, puede afirmarse que no existió motivo alguno que, como estímulo, generara un comportamiento como el que se le reprocha”, se advirtió.

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