lunes 25 de marzo de 2024
EL DOMINGO, EN CAPAYÁN

Adolescente denunció a su tío por haberla manoseado

La chica tiene 15 años y les contó a sus padres sobre el presunto ultraje. El acusado ya fue detenido.

Por Redacción El Ancasti

El domingo último, una confesión causó revuelo en una familia del departamento Capayán. Una adolescente, de 15 años, contó a sus padres que su tío la había manoseado. El acusado es hermano del padre de la chica.

De inmediato, la adolescente y sus padres realizaron la denuncia penal correspondiente.

Fuentes consultadas por El Ancasti indicaron que el acusado ya fue detenido y en las próximas horas sería indagado. Por este hecho, interviene el fiscal de Novena Nominación, Jonathan Felsztyna, quien ya dispuso las primeras medidas. 

Los especialistas en esta materia indicaron que el abuso sexual en la infancia (ASI) refiere a una persona adulta que utiliza la seducción, el chantaje, las amenazas, la manipulación psicológica o la fuerza para involucrar a un niño, niña o adolescente en actividades sexuales de cualquier índole. De acuerdo con el Código Penal Argentino, todo involucramiento con chico o chica menor de 13 años se considera “abuso sexual” porque no se concibe legalmente la posibilidad de que a esa edad se consienta una práctica sexual. El consentimiento sexual en menores de 13 años no es considerado válido, se insistió. En los adolescentes de entre 13 y 16 años hay abuso cuando el autor se aprovecha de la inmadurez sexual de la víctima. 

Un dato que se destacó es que el abuso suele ser cometido por un integrante del entorno familiar más íntimo como el padre, abuelo, hermano, tío, sobrino, hermanastros o por alguien que no comparte el hogar ni la familia pero sí es cercano, como un allegado o un docente. 

Distintos estudios indican que la mayoría de los abusadores es familiar de primer grado: llámese tíos, padrastros, padres, abuelos y hermanos, y que los casos se revelarán durante la adolescencia, cuando pueden romper el pacto de silencio, es decir cuando la niña o el niño ya no sienta temor por las amenazas de su agresor sexual. Al respecto también se afirma, que algo más de la mitad de esas agresiones sexuales sucederá en la propia casa del niño o niña o en la de los abuelos. A la vez, se advierte que la gran mayoría de las víctimas serán niñas o adolescentes mujeres (ocho o nueve de cada 10). Además, el 70 % de las adolescentes víctimas no dirá jamás que fue abusada ni buscará ayuda.

Ante la sospecha de un abuso, las personas adultas están obligadas a denunciar. Se puede radicar la denuncia en las Unidades Judiciales de Capital, Valle Viejo y Fray Mamerto Esquiú. En el interior, pueden presentarse en las comisarías. También está disponible la Línea 102 de Ayuda al Niño para alertar cualquier situación de vulneración de derechos en perjuicio de niños, niñas y adolescentes. 

“Es importante poner en funcionamiento la estructura estatal. De esta forma se evita que la víctima cuente muchas veces lo mismo a distintas personas. Hay que preservar el testimonio lo más que se pueda y hacer que el niño o niña relate la situación la menor cantidad de veces, idealmente sólo una. El abuso sexual contra niños, niñas y adolescentes es un delito. Los operadores que escuchan al niño denuncian “la sospecha” y están obligados a poner en conocimiento de las autoridades policiales o judiciales lo que saben”, se alertó.

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