Es difícil recordar”, dijo la mujer que había sido esclavizada sexualmente durante algunos años. Solo se escuchaba su voz porque para resguardarla y evitar que sea revictimizada se optó por no mostrar su cara. Lo más importante era la historia que ella tenía para contar. Su relato por momentos se interrumpió porque la emoción por revivir aquellos años se lo impedía.
La sala de audiencias del Tribunal Oral Federal (TOF) se acondicionó para escuchar el testimonio, a través de video conferencia, de una víctima de trata de personas. Aunque los hechos datan de 2007 y 2008, la denuncia se realizó en 2012. Su madre, quien la estaba buscando, había hecho la denuncia. En diciembre de ese año, se allanó un prostíbulo de Recreo, La Paz, sobre la Ruta Nacional Nº 157.
Condenaron a 7 años de prisión a los hermanos Marchisio
La División de Trata de Personas buscaba a una joven pero no la encontró porque meses antes ella había podido escapar.
El debate es presidido por el juez José Camilo Quiroga Uriburu. Los imputados son Nelsy Marchisio y Reneé Marchisio; ambos se encuentran con prisión domiciliaria, por ser mayores de 60 años. La defensa es ejercida por Fernando Contreras y la parte acusadora está integrada por el fiscal general ante el TOF Rafael Vehils Ruiz y el fiscal auxiliar Javier Merep.
Contó que, por entonces, había cumplido 21 años; estaba pasando por un mal momento. Se había separado de su pareja, quien la golpeaba. “Quería cambiar de aire y mi supuesta amiga me propuso que me fuera a trabajar con ella”, relató. Así comenzó un periplo por varias provincias, donde debía trabajar en bares o whiskerías. Su primer destino fue un bar, en Santa Fe. Luego llegó a Recreo, en Catamarca.
“Al principio manejaba mi dinero. Luego no. También me sacaron el celular”, precisó. Como en ese tiempo no había “mucho trabajo”, la llevaron a Córdoba y después a Buenos Aires. “Si no trabajaba, me pegaban”, aseguró.
Volvió a Recreo, donde debía trabajar para juntar dinero y poder sacar a alguien de la cárcel. “No me dejaban salir. Estaba sin teléfono y sin dinero. Me amenazaban porque sabían sobre mi familia”, indicó.
Mientras estuvo en Santa Fe intentó escaparse. “La pasé mal. Me golpearon. Me sacaron de ahí de los pelos. Ya no me quise escapar más. En Buenos Aires empecé a hacer ‘buena letra’ porque les daba la plata que querían”, recordó.
En esa provincia intentó escapar y lo logró con la ayuda de unas personas. “No quería volver a mi casa hasta saber que mis hijos estaban bien”, aclaró.
El reencuentro con su familia debió esperar pero pudo volver. Sin embargo, la historia no terminaba. Las personas que la habían esclavizado fueron a visitarla. “Me caían a cada rato buscándome.
Querían que levante la denuncia. ‘El que avisa no traiciona’, me decían. No denuncié por miedo y no me gusta recordar”, señaló.
Ante la amenaza del pasado, se vio obligada a renunciar a su nuevo trabajo porque, cada tanto, iban hasta allá a buscarla.
Malos recuerdos
A preguntas de la fiscalía, la mujer contó que uno de sus captores le exigía el pago de $50.000 por su libertad. Ella había podido pagarle en dos partes y no se lo aceptaron. “En un plazo de 20 días, era imposible juntar ese dinero”, explicó.
En otra ocasión, contó que en Recreo, en una noche llegó a hacer 20 pases, lo que le generó algunas complicaciones en su salud. Todo lo que vivía, lo escribió en un diario íntimo, para desahogarse. “Escribía en el cuaderno de pases y copas”, precisó.
En la misma audiencia, también declararon tres testigos más. Uno de ellos contó que durante el operativo, en diciembre de 2012, se había secuestrado una gran cantidad de preservativos. En tanto que la defensa solicitó un careo entre la víctima y algunos testigos pero el magistrado no dio lugar al pedido. Entre cuestiones, remarcó que se debe resguardar a la víctima. El debate pasó a un cuarto intermedio y continuará el jueves.