El Juez de Garantías Antonio Carma confirmó ayer la detención de Cristian Javier Rojas por el homicidio de Ramona Andrada. El pedido fue concretado por el fiscal Luis Baracat, quien finalmente confirmó que el imputado contó detalles de lo sucedido. Rojas se habría mostrado arrepentido y aseguró que ese día estaba bajo el efecto de estupefacientes por lo que no habría podido medir su fuerza y concluyó asesinando a la mujer.
El sospechoso, quien ya había purgado dos condenas por delitos contra la propiedad y se encontraba con el beneficio de salida transitoria, vivía a escasos metros de la vivienda de Andrada en Villa Parque Chacabuco y la conocía porque le había hecho un trabajo de tapicería en su casa. El jueves a la noche, había ido drogado. Al parecer, buscaba plata y le golpeó la ventana de la casa. Ramona, porque lo conocía, le abrió la puerta y lo hizo pasar, él le habría dicho que necesitaba dinero para darle de comer a sus hijos. La mujer, que no guardaba dinero ya que lo tenía su hijo, le dijo no tener.
Rojas, confundido y contrariado, le habría pedido un vaso con agua. Ella fue a la cocina y él habría aprovechado para ir hasta la pieza en donde comenzó a revisar el ropero. Cuando ella lo vio en el lugar él supo que lo denunciaría. La secuencia de cómo tomó los cordones de las zapatillas y las puso en su cuello no son claras. Según se dijo, primero la habría asfixiado, pero por su estado de embotamiento no supo si la mató, es por eso que la habría atado de pies y manos con esos elementos. Luego, buscó algo que llevarse y tomó un grabador. La puerta, antes de irse, la cerró con llave.
El viernes, una sobrina de Andrada había ido hasta la casa. Siempre la visitaba para saber cómo estaba. Ramona, quien al parecer ya venía intuyendo su final y había reclamado cientos de veces más seguridad en la Comisaría, no le abrió. El sábado a la tarde y como consecuencia de un fuerte olor que salía de la vivienda, la policía cedió al pedido de la sobrina quien pidió que abran. Ramona estaba en el pasillo muerta y maniatada como la dejó Rojas. Para los investigadores, no fue difícil seguir las evidencias que dejó el asesino.
Según se supo, el detenido habría sido aconsejado por los defensores para que no hable. Él, al parecer arrepentido, dijo que lo haría y que, además, buscaría el perdón de Dios en la cárcel y se lo pediría a la familia.
Fue imputado por el delito de homicidio agravado criminis causa. La condena que le espera es la de prisión perpetua. El crimen de Ramona dejó a los vecinos de Villa Parque Chacabuco consternados. Todos reclamaron. Todos aseguraron que se pudo haber prevenido su muerte y apuntaron contra la gestión de Seguridad. Es que, la víctima, días previos a su triste desenlace, había esperado una reunión con los responsables de la seguridad, pero no asistieron.
