Aquellos que filmen o tomen fotografías fuera de las zonas permitidas correrían el riesgo de ser expulsados.
El gobierno de Javier Milei ha implementado una serie de disposiciones que restringen el trabajo periodístico dentro de la Casa Rosada, incluyendo normas estrictas sobre cuántos periodistas pueden estar presentes y cómo deben vestirse para asistir a conferencias oficiales.
La medida fue oficializada mediante una resolución firmada por el vocero presidencial, Manuel Adorni, quien estableció un reglamento que regula tanto la acreditación de medios como las condiciones bajo las cuales los comunicadores pueden desempeñarse dentro del edificio gubernamental.
Uno de los cambios más significativos es la limitación de cupos: solo 25 periodistas podrán acceder a la sala de prensa y un máximo de 36 al salón de conferencias. Además, los medios estarán autorizados a acreditar a un solo periodista por turno, con un sistema de puntaje basado en la audiencia o el alcance digital de cada medio para asignar prioridades.
El nuevo protocolo también restringe severamente la circulación dentro de la Casa Rosada, autorizando únicamente el tránsito por espacios comunes y solo con el propósito de ir desde los accesos hasta las áreas designadas para actividades periodísticas. Aquellos que filmen o tomen fotografías fuera de las zonas permitidas podrían ser expulsados.
Pero quizá el punto más curioso del reglamento es la imposición de un código de vestimenta formal. Según la resolución, esta medida responde a la "naturaleza institucional" de los eventos y busca resguardar el respeto por las instituciones y las formas oficiales. La exigencia resulta paradójica si se considera que el propio presidente es conocido por su estilo informal, que incluye el uso de camperas, pantalones cargo y zapatillas, incluso en actos formales.
Este contraste ha generado críticas entre quienes señalan que el Ejecutivo parece exigir a la prensa una etiqueta que muchas veces no se aplica dentro del mismo gobierno.
