Los ataques de Milei y sus acólitos fracasaron en el intento de deslegitimar el movimiento universitario, que es el con más consistencia desafía la política libertaria. Las imputaciones por "adoctrinamiento" y politización son idénticas a las que se esgrimieron siempre para intentar disciplinar y someter a las universidades. En el gobierno de Onganía, la convergencia de la resistencia universitaria y estudiantil con los trabajadores fue determinante para episodios como el Cordobazo.