domingo 19 de enero de 2025
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"Tengo miedo de que maten a mis hijos", dijo el médico

Lino Villar Cataldo contó cómo se siente tras el episodio violento que terminó en muerte de un ladrón y con su futuro judicial comprometido.

Por Redacción El Ancasti
Luego de ser excarcelado, acusado de homicidio agravado por el uso de arma por matar a un delincuente que quiso robarle su auto cuando salía de su consultorio de la localidad bonaerense de Loma Hermosa, el médico Lino Villar Cataldo se mostró en televisión para contar su versión de los hechos.


En una entrevista al programa Animales Sueltos, conducido por Alejandro Fantino, Villar Cataldo manifestó sentirse muy triste por toda la situación, y dijo que tiene miedo de que maten a su familia. "Me siento muy triste, muy mal. Mi hija ha sufrido sensaciones de pánico mientras estuve detenido".

En una emotiva conversación, el médico cirujano dijo que "no quiere ser ejemplo de nadie" a pesar del apoyo que ha recibido tras el hecho, porque no quiere que "nadie tenga un arma". "Tengo un arma. Y no sé qué es peor. Porque la inseguridad es tan fuerte que hoy te matan aunque les entregues todo", dijo.


 "Yo entiendo y comprendo el dolor de madre"

"Yo después de esto, aunque la Justicia me diga 'venga a retirar su arma', yo digo no. No quiero más mi arma. Pero los hechos de inseguridad cada vez se ensañan más con el ciudadano honesto. En Loma Hermosa esto es cosa de todos los días" expresó Villar Cataldo.
 
El cirujano, cuyo rostro aún tiene un par de hematomas por la violencia de la situación que terminó con el ladrón muerto, dijo que el primer golpe que recibió fue "en la frente, con el caño del arma". "El primer golpe que recibí fue estando sentado en mi auto. Cuando lo veo corriendo, lo primero que recibo es el golpe en la cabeza. El hematoma va a seguir bajando seguramente porque soy un paciente anticoagulado. Tengo tres stent. Para que no se tapen tengo que estar medicado de por vida".

"Yo miro a la gente y tengo ganas de agachar la cabeza... tengo mucha vergüenza. Me formé toda la vida para otra cosa. Realmente todos estos días que no voy al hospital extraño muchísimo a mis pacientes. Sé que cuando llego a la sala tengo un montón de gente que siempre traté de atender con amor", añadió el médico, quien reiteradas veces manifestó sentir mucho temor por la seguridad de él y la de su familia.

"Mis hijos me contaron sobre la amenaza del hermano del ladrón. Tengo miedo. Tengo ganas de irme muy lejos de todo esto. No sé qué va a ser de mi vida de acá en adelante, porque en ese lugar donde tengo el consultorio vivía mi hijo. Tuvimos que abandonar totalmente ese lugar, por las amenazas", lamentó. "Tengo miedo de que me maten. Y mucho más miedo de que maten a mis hijos. Hoy les rogaba: por favor, no salgan a la calle, quedémonos en casa" agregó
 
"Yo entiendo y comprendo el dolor de madre. Lo que ocurre es que yo desde muy chiquito y gracias a la enseñanza de mis padres supe que es el sacrificio, el trabajo, la honestidad... y lo que veo es que desde el otro lado no hablan de eso, sino solo de agresiones: venganza, matar, quemar, lágrima por lágrima lo va a pagar. ¿Quién me va a proteger de todo eso? ¿Cómo va a ser mi vida después de todo esto?", dijo el doctor. "Yo le pido perdón a la madre, lo hago ahora, no me siento orgulloso de esto", expresó.

Además, el médico contó su vida: dijo que es de Paraguay, que su padre se vino del país vecino y luego los trajo a él, sus hermanos y su madre: "Llegamos en el año 1969. Papá vino a trabajar y nos enviaba dinero, aceite, frazadas. porque eso, que era frecuente aquí, allá no había. Viví en una villa miseria, y cuando cumplo 15 años les dije a mis padres 'quiero trabajar'. Y mi padre me dijo: 'no, sos muy chico, seguí estudiando'".
 
"En el año 1973 se incendió la villa y me metí en el medio del incendio a salvar cuatro tomos de anatomía, porque no podía perder los libros. No podía ni alquilar una pensión. Viajaba en el tren Roca todos los días. Hice el pase de facultad a la Universidad Nacional de Buenos Aires y a los 24 años me recibí de médico. Cuando me recibí y salía de la facultad de medicina mi papá me frenó, y estaba mi mamá y un amigo de mi padre que me regaló mi primer juego de lapiceras Parker. Mi padre me dijo: 'Hijo te felicito, ya eres un profesional'. Y me pidió que cuando un pobre llegue a un umbral de mi consultorio no le negara nunca la atención. Jamás dejé de atender a nadie que no tuviera para pagarme", aseguró.

"Todos somos víctimas"
Para Lino Villar Cataldo, quien es defendido por el abogado Diego Szpiegel, "todos somos víctimas.Yo, usted, todos. Yo me siento víctima. Yo estaba saliendo de trabajar, quería volver a mi casa y fui agredido, yo no busqué nunca esto. A mí me duele muchísimo esa vida que se perdió, si siempre me formé para salvar vidas".
 
"Yo veía la muerte. Sentía que me mataban. Tras recibir el golpe en la frente fui sacado violentamente del auto, me caí en la cuneta entre el cordón y la calle y él [por el ladrón] me pasó con la rueda del auto sobre las piernas.

Cuando me pasó el auto por las piernas volvió el auto para adelante, como para volver a aplastarme, y yo tuve que hacer una maniobra para que no me pise. Todo pasó muy rápido, 15 o 20 segundos. Todo lo que me pasó fue en un flash", relató.

En medio de la conmoción y el temor, el cirujano sólo pide que la Justicia defina su situación, porque también teme que no "vean lo que ocurrió".

"Mi abogado me cuenta que yo estoy libre por una excarcelación extraordinaria por mi enfermedad: soy diabético, hipertenso y con tres stent. Ese fue el motivo de mi excarcelación. Tengo muchísimo miedo a pesar de que mis abogados me alientan... Tengo miedo de que la Justicia no vea realmente lo que ocurrió. Yo ya no sabía cómo más explicarle a la señora fiscal todo lo que ocurrió, porque hay cosas que evidentemente por el momento, por el golpe, uno no puede acordarse en detalle fino. 'Pero ¿cuántos pasos dio usted para empezar a disparar?', me preguntaban. Querían que precise la cantidad de disparos que yo realicé... Mi forma de reaccionar se debe encuadrar en la legítima defensa", pidió. Como varias veces en la entrevista, sus ojos se llenaron de lágrimas.

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