La batalla legal entre la Argentina y los holdouts escribió un nuevo capítulo. Este jueves, Thomas Griesa
-mediante un breve y confuso comunicado- permitió que los acreedores
puedan sumar nuevas demandas para ser consideradas en el juicio por pari
passu.
Los fondos buitre habían pedido que se incorporara al Bonar 2024, el título que emitió por última vez Axel Kicillof en
abril pasado (colocación express en un día consiguiendo 1.400 millones
de dólares), algo que ahora se sumará a la lista. Los acreedores dicen
que ese título es "endeudamiento externo y por tanto se aplica el
fallo por pari passu" al haberse vendido en el exterior. Economía niega
ese argumento y dice que al ser un bono con ley local, debe regirse por
la Justicia argentina.
Si bien en el escrito de Griesa no se menciona el nombre de ningún bono argentino, Infobae confirmó de fuentes de los acreedores que está resolución del juez les abre la puerta para sumar el Bonar y pedir que se bloqueen sus pagos.
Si bien hay margen para que algún acreedor pida por otros bonos (renace miedo por los Bodenes) en los escritos que presentaron los holdouts siempre hablaron del Bonar y se cuidaron de no nombrar al Boden.
Eso quizás porque sería la última carta en la manga para presionar al país a que se llegue a un arreglo. Paul Singer, la cara visible de los fondos buitre, dijo estos día que no necesita un pago en efectivo de la Argentina sino que tomaría bonos. Claro, sin que se le aplique un descuento como quiere el Gobierno,
Hay
que recordar que el Bonar fue un título que se emitió inicialmente para
compensar a Repsol por la expropiación de YPF. En mayo de 2014, el Gobierno emitió u$s3.250 millones de Bonar 24. Ese
acuerdo fue aceptado por la petrolera española sólo porque tenía ya
arreglado que esos bonos iban a ser comprados inmediatamente por
JPMorgan.
Esos bonos pasaron por Euroclear, o sea la compensadora de Europa para girar los bonos y el dinero. Los títulos pasaron de Repsol a JPMorgan Securities en Londres y de ahí a los inversores. El banco estadounidense no se quedó con esos títulos sino que los vendió entre clientes y el mercado en general.
En diciembre de 2014, la Argentina emitió aproximadamente otros u$s650 millones adicional de Bonar 2024.
Aproximadamente u$s380 millones de estos bonos se ofrecieron en el
canje del Boden 2015 mientras que el resto fue emisión nueva.
En la última operación, en donde el Gobierno recolectó 1.400 millones de dólares, dicen los fondos, actuaron las mesas de dinero del Deustche Bank (un secreto a voces que para comprar Bonar 24 desde el exterior había que pasar por esa entidad) y el BBVA. Casi la totalidad de ese dinero provino de inversores del exterior.
"La información deja claro que, contrariamente a lo que afirmó el abogado de la Argentina, los Bonar 2024 no se ofrecieron exclusivamente en Argentina y son endeudamiento externo", afirman los holdouts.
Si
de la emisión de 5.500 millones de dólares casi todo se cursa al
exterior, como alegan los fondos, ahora intentarán amplificar el default
de la deuda si logran frenar los pagos. El próximo pago de este
bono es el 7 de noviembre: paga intereses dos veces por años, ese mes y
el 7 de mayo, mientras que el capital es a partir del 2019. El para nada
despreciable botín en medio de la interminable batalla por la deuda