Japón comienza el vertido de agua contaminada de Fukushima al oceano Pacífico. El vertido surge más de 12 años después del terremoto y el tsunami que afectaron gravemente a la central nuclear y tras haber tratado el agua para eleminar la mayoría de los residuos radiactivos, a excepción del tritio.
TEPCO, la operadora de la planta, aseguró que el vertido -necesario para el desmantelamiento de la central nuclear- no causará daños a la vida humana ni al ecosistema marino.
Este proceso, que se espera que dure décadas y que cuenta con el visto bueno del Organismo Internacional de Energía Atómica; sigue sin convencer a la población, que teme por su seguridad y por el futuro de la industria pesquera.
Terumi Kataoka, residente de Fukushima, afirma: "Me siento enfadada y poco convencida. Por qué, incluso hasta este punto, este país no escucha nuestras voces y las voces de los pescadores".