Un joven de 21 años hizo su descargo en sus redes sociales porque no le permitieron donar sangre en el Hospital Garrahan, ya que pertenecería a un grupo con “alta prevalencia de transmisión de VIH” por su orientación sexual. La molestia del joven, llamado Fernando Suárez, abrió la discusión acerca de cómo lograr un equilibrio entre un cuestionario eficiente para obtener sangre segura y no caer en la discriminación.
"El viernes 27 de diciembre fui al Hospital Garrahan con la voluntad de donar sangre pero me encontré con la triste realidad de que hoy, a horas de meter un pie en 2020, un hombre homosexual no puede donar porque es considerado factor de riesgo", escribió Fernando Suárez, de 21 años, en su cuenta de Instagram.
La Cámara de Diputados capacitará en perspectiva de género
Y continuó: "Por motivos que no vienen al caso sé perfectamente que soy una persona apta para donar y, aún así, en la entrevista me descartaron completamente la chance de hacerlo: porque si sos varón y tuviste relaciones sexuales en los últimos 12 meses con otro varón, no podes donar".
Suárez recalcó que se debería hacer hincapié en conductas de riesgo porque cualquier persona, sea hombre o mujer, puede tener una enfermedad de transmisión sexual. Además, lamentó haber pasado por ese “momento incómodo y triste, y que todavía sigan existiendo instituciones que los excluyan violentamente".
Hasta 2015, la resolución 865/2006 de la Ley Nacional de Sangre (Nº 22.990) permitía excluir a donantes que hubiesen tenido relaciones homosexuales. Luego, ese mismo año, se modificó esa resolución y excluyeron del cuestionario las preguntas referidas a la orientación sexual.
Sin embargo, en el artículo 2 de dicha ley, se advierte que "dada la complejidad del proceso de calificación de donantes de sangre de bajo riesgo es necesario tener en consideración datos epidemiológicos y la evidencia científica disponible, en el país y/o la jurisdicción".
La titular del Servicio Centro Regional de Hemoterapia del Garrahan, Silvina Kuperman, explicó que la institución se basa en el criterio del "Boletín de Sida de 2019” en donde ser advierte que mientras en toda la población la prevalencia de HIV es de 0,4%, su distribución en poblaciones más vulnerables es la siguiente: trabajadores/as sexuales y/o en situación de prostitución (2 a 5%), contexto de encierro (2,7%), usuarios de drogas inyectables (4 a 7%), hombres que tienen sexo con hombres (12 a 15%) y mujeres transexuales (34%)”.
"La nuestra no es una visión arbitraria ni basada en prejuicios. Seleccionamos a los donantes basados en datos epidemiológicos locales y desafortunadamente la evidencia científica actualmente disponible es inadecuada", señalo Kuperman.
También destacó que “la mayoría de las investigaciones se centraron en hombres que tienen sexo con hombres con conductas que los ponen en alto riesgo y hay pocos datos disponibles para aquellos con bajo riesgo, como aquellos en relaciones monógamas a largo plazo".
"El tema es la ambigüedad de la resolución de 2015 que nos deja a los bancos de sangre muy desprotegidos", apuntó Kuperman y que en términos prácticos permite que cada centro tenga su propio cuestionario.
En la misma línea, desde la Sociedad de Hematología Argentina, su titular Oscar Torres, dijo que "el Estado, que está ausente, no hace investigación epidemiológica de cuál es, por ejemplo, la real situación de hombres que tienen sexo con hombres y pareja estable".
El coordinador del área Promoción de Derechos de Fundación Huésped, Ignacio Maglio, manifestó que si la resolución vigente puede dar lugar a interpretaciones, por lo que el Ministerio de Salud debería contemplar los nuevos datos y realizar estudios para actualizar sobre el tema.
"Por ejemplo, hoy sabemos que una persona que se encuentra en tratamiento con su carga viral indetectable no transmite el virus", señaló Maglio. Finalmente concluyó que “es un tema de salud pública y deberían existir uniformidad de criterios para los bancos de sangre”.