viernes 29 de marzo de 2024
Suplemento 30 años

Esa voz propia

Diario El Ancasti ha sido siempre un difusor importante de la cultura, un medio gráfico que ha perpetuado la riqueza escritural de autores catamarqueños a través de su página cultural o en crónicas diarias. Este segmento es un homenaje a su trigésimo aniversario.

Por Redacción El Ancasti

Sobrevuelan distintas voces en este valle enclavado en las montañas, una mixtura importante nos muestra algunos componentes que definen una escritura propia enraizada en la historia, en el paisaje, en los mitos ancestrales y en la convicción de una fe en las alturas. Solo brevísimos ejemplos bastan para componer el misterioso círculo de la palabra.


No en vano Juan Alfonso Carrizo (1895-1957), pionero en la recopilación de la tradición oral, autor de una extensa obra de investigación trazó en “Los Cancioneros Populares” una línea por la búsqueda de la identidad. Sin duda, Carlos Villafuerte (1907-1989) reafirma los pasos de Juan Alfonso Carrizo en su obra más difundida “Voces y Costumbres de Catamarca” y, como bien lo define el  autor, contiene manifestaciones de la paremiología, usos y costumbres, leyendas, tradiciones.Voces que seguirán el itinerario trazado como hará el Prof. Federico Emiliano Pais (1919-1995) en una magnífica obra sobre toponímia de Catamarca y de voces arcaicas o indigenismos. Explorador de la palabra y de las alturas en su crónica de viaje a Laguna Blanca.


La suerte estaba echada cuando irrumpió en el firmamento un caballero que se adueñó del universo, Luis Franco (1898- 1988), el “poeta pagano”  -así lo llama  Leopoldo Lugones-.  Su poesía encarna  las fuerzas primordiales, míticas, de la naturaleza, y en su espalda carga la condición de hombre universal, pero también es un poeta místico por su visión sacralizante. Con una mirada distinta Juan Oscar Ponferrada (1907-1990) interpreta la religiosidad del pueblo en la devoción a la Virgen Valle y, como dice la Lic. María Rosa Calás de Clark, muestra la expresión de un yo lírico en la cosmovisión que se plasma también en las pinturas de Luis Varela Lezana. Ponferrada es recurrente en las imágenes que despliega en la poesía como en la dramaturgia y aborda el regionalismo como idea central.


A este llamado a la tierra y a la naturaleza como un credo aparece Juan Bautista Salazar (1922-1994) con una poesía lírica cargada de emotividad y técnica, destacándose como un maestro en el juego de la adivinanza. Sus cuentos ahondan un realismo mágico, creador de  un paisaje onírico y a la vez real en personajes y supersticiones en magníficos en relatos. En el mientras tanto se cuecen los hilos profundos de la nostalgia en un abrevadero de sabiduría y sencillez, cuya protagonista es María Emilia Suarez Hurtado (1918-2009), dotada de una melodía sin igual, arraigada en el entorno y la cotidianidad que la rodea.


Dolores Dellatorre (1930- 2016), dueña de una poesía intimista, apunta hacia la metafísica del paisaje y el existencialismo inunda sus versos donde el dolor es escarmiento y trasmutación de su cuerpo hacia la naturaleza. Contemporánea y con un estilo completamente distinto, Francisca Granero de García (1920-2002), docente de alma, envuelta en la religiosidad del norte y en el lirismo de su fe, atraviesa la palabra con sedimentos indigenistas al que fusiona con la cultura española.


En la altura, Migo Garriga (1940-2012) apuesta al Señorío del cóndor, en una cosmovisión andina donde el viento y la sequía cubren las comarcanas latitudes. Su voz es un deleite entre  peñascos,  una fluida sombra andariega que habita la infancia, un polen que se extravío en el universo para mutar ángel o demonio. Migo es un creador de sueños, alfarero de ocasos y primaveras, sacerdote en la consagración de un génesis del universo. Y obsesionado por el linaje y la estirpe antigua, Leonardo Martínez (1937-2016) emerge como un pintor extraordinario de un paisaje mítico en leyendas, creencias y rituales. Santiago Sylvester dice que Leonardo armó una mitología familiar, cierta o inventada, y que sus personajes van poblando un Registro Civil imaginario, pero consistente, que ampara a una parentela tan próxima como real, asolada por un viento de excentricidad. 


Estos escritores -fallecidos- conforman una constelación de voces diferenciadas por su generación. Los poetas y narradores -a pesar de las distintas técnicas utilizadas- tienen en el corpus de la escritura una huella inconfundible en la articulación de la temática, en los elementos de la naturaleza y en el contexto histórico, lo cual define la existencia de una “voz propia” en esta provincia. Tampoco están exentos de estos rasgos comunes los poetas que los suceden, tema de análisis de otra propuesta.  
 

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