La Secretaria de Estado de Cultura, María Jimena Moreno, recibió la donación de un telar rústico que perteneciera a la reconocida tejedora Peregrina Zárate. En las oficinas ubicadas en el Predio Ferial Catamarca, el hijo de la tejedora, Roberto Alejandro Narváez Zárate, hizo entrega de esta reliquia que tiene unos 50 años de antigüedad.
Es telar rústico conformado por un ovillador, 5 palas de distintos tamaños, para confeccionar prendas de diferentes tamaños como ponchos, mantas, colchas, y con dos horcones fijos y dos móviles, que eran enterrados según el año de la prenda a realizar.
El telar recibido pasará a formar parte del patrimonio del Museo de la Fiesta Nacional del Poncho, ubicado en el Predio Ferial, donde los visitantes podrán apreciar aquel telar con el que Doña Peregrina tejió innumerables ponchos, mantas y otras prendas que por donación o adquisición lucieron los ex gobernadores Ramón y Vicente Saadi, Arnoldo y Oscar Castillo, el ex intendente Gaspar Guzmán, el Papa Juan Pablo II, entre muchos otros.
Narváez, donó también un flequero rústico y un chango ovillador, que son complementos necesarios para toda tejedora en la preparación de la lana y la confección de las prendas.
Doña Paregrina Zárate nacida el 31 de marzo de 1923, fue la ganadora del 1° premio por su poncho en la 1° edición de la Fiesta del Poncho, allá por el año 1967. Falleció el 18 de mayo de 2007, poco tiempo antes de la inauguración del Predio Ferial Catamarca, y por eso, el primer pabellón lleva su nombre.
Doña peregrina trabajó toda su vida con los tejidos que finalmente mostraba en la tradicional Fiesta de los catamarqueños. El trabajo de las tejedoras, es acompañado por su gente (hijos y amigos de la familia), trabajando en los telares ubicados en su taller familiar: un patio de tierra bajo la sombra de una parra, realizando un trabajo ancestral, donde se destaca la confección textil de la prenda por excelencia: "El Poncho", que es todo un arte. Preparan la lana tal como se la esquila al animal (vicuña, llama, cabra, etc), hasta el poncho ya finalizado.
En el medio de todo éste trabajo, la lavan, la hilan y tiñen las madejas con tintes naturales.
Cabe destacar que todo este trabajo del preparado de la lana les lleva mucho tiempo a las tejedoras.