En plena temporada de temperaturas bajas, desde el Programa Abrigo asisten a unas 90 personas en situación de vulnerabilidad dándoles abrigo y alimentos todos los días. Los beneficiarios son en su mayoría adultos mayores y sus familias con múltiples necesidades que habitan en barrios del norte y sur de la Capital. Desde el programa informaron que la mayoría vive en la pobreza pero no en la calle, y no padecen frío extremo como en otras provincias, donde se registraron hasta fallecidos por el frío.
Patricia Bosio, directora provincial de Desarrollo Humano y Familia del Ministerio de Desarrollo Social, explicó que la mecánica de trabajo este año es similar a otros, en donde se le brinda a cada beneficiario un plato de comida por la noche y abrigo. También se refuerza la asistencia en los días de menor temperatura con más frazadas y zapatillas.
De igual modo, remarcó que todos los beneficiarios del programa están incluidos en un padrón previas visitas de asistentes sociales que determinan si realmente deben ser asistidos.
“Hasta el momento no tuvimos urgencia ante las bajas temperaturas; la comida se sigue elaborando con total normalidad; no tuvimos emergencias ni la necesidad de sacar a los abuelos de sus casas los días de muchos frío, sobre todo porque están contenidos con el programa. Tenemos destinadas habitaciones en el parador pero estamos bien. Se asiste a personas adultas mayores con vulnerabilidad en situación de riesgo, se asiste a familias de abuelos en situación complicada que viven precariamente pero a pesar del frío no se tuvieron urgencias” remarcó.
A su vez, dijo que en la provincia no hay personas viviendo en la calle, sino en situación de calle, lo que significa que tiene donde volver por las noches.
“No tenemos gente viviendo en la calle; muchos deambulan, están en situación de calle, pero siempre tienen donde ir, donde nosotros llegamos a la noche con la comida; no existen personas viviendo en la calle y eso es bueno para una provincia como la nuestra. Es cierto que viven en viviendas precarias en situación habitacional de riesgo quizás, pero no en la calle.
Por la situación económica y la realidad de la Secretaría de Vivienda es complicado poder ayudarlos con mejoras habitacionales, pero siempre tratamos de ver que hagan los trámites; se nota que cuesta pero no lo dejamos de hacer,” expresó.
Bosio recordó que el Programa Abrigo culminará en agosto, cuando el frío cese y que ante la realidad les informan a los beneficiarios que la asistencia es solo por el invierno.
Aclaró que Abrigo es un programa de contención y acompañamiento en salud y vivienda, más allá de la asistencia alimentaria, y ante los casos coordinan con Salud, ya que detectaron abuelos que no asisten al médico y no reciben medicación.
Finalmente dio a conocer que las personas que deseen informar sobre personas en situación de extrema vulnerabilidad pueden hacerlo en el pabellón 24 del CAPE o llamar a la policía; ellos serán quienes contacten a los programas sociales para poder contenerlos.
Serían 13 las personas que murieron de frío en el país
Durante 2017 hubo 5 muertes a causa del frío. Este año, con el invierno casi por la mitad, ese número no solo se duplicó sino que llega a 13, según la información recabada a nivel nacional y difundida por la Red Solidaria Juan Carr. Si bien no en todos los casos la causa de muerte fue confirmada por frío, los informes de las autoridades que asistieron a cada caso informaron que ése era el motivo principal. El primer caso del año sucedió el 28 de mayo en Viedma y el último el 23 de julio en Santa Fe.
El 28 de mayo en Viedma (Río Negro) fue la primera muerte por frío en el año. Se trata de Valentín Fernández, quien amaneció sin vida acostado contra un rincón externo del Centro Municipal de Cultura. Murió de hipotermia después de un largo tiempo viviendo en la indigencia.
El segundo caso fue el 4 de junio en La Calera, a pocos kilómetros de la capital de Córdoba, donde un hombre de entre 50 y 60 años fue encontrado sin vida en el interior de una obra en construcción. El responsable del lugar lo halló en el interior del lugar, cubierto por una frazada liviana y un pedazo de cartón.
El 5 de junio se registró en la provincia de Tucumán otra muerte, se trató de Juan Carlos Cantero, de 55 años, fue hallado sin vida entre las avenidas Independencia y Colón, en la capital. No había marcas de violencia ni heridas a la vista, por lo que todo apuntaba a que había muerto por hipotermia. La madrugada de ese día había sido particularmente fría. Los hijos de la víctima dijeron que su padre no sufría ningún tipo de enfermedad.
El 5 de junio en San Salvador de Jujuy cerca de las cuatro de la tarde la policía recibió una denuncia y se acercó a la zona indicada. Allí encontró el cuerpo sin vida de Luis, un hombre de 59 años en situación de calle. “Era pollero, trabajaba todos los días. Su familia se fue a Guatemala y Brasil”, contó un conocido suyo, también en situación de calle. Mientras el 7 de junio también en San Salvador de Jujuy murió Luis Ríos Zamora. Vivía en situación de calle y tenía dos hijos en la provincia de Salta. “Se trataba de un viejo conocido, muy resistido a recibir ayuda, al punto de no recibirnos un plato de comida caliente”, contó Cintia Páez, directora provincial de Protección Integral de Personas Adultas Mayores.
El 18 de junio en Rosario dejó de existir José Chávez, tenía 47 años. Según el parte oficial murió por un avanzado cuadro de hipotermia. Estaba cubierto por una frazada, recostado sobre el césped. Los investigadores presumen que vivía en la indigencia.
Mientras el 21 de junio Melchor Romero de la La Plata murió de frío, vivía en la calle. El cuerpo del hombre, del que no se sabe la identidad, fue encontrado en la calle 520 y la 175, en la localidad mencionada. El 2 de julio en Santa Lucía (San Juan) un llamado anónimo a la comisaría 5ta de Santa Lucía habría advertido otro caso. La víctima tenía cerca de 40 años y era oriunda de Jujuy. Fue hallada en Hipólito Yrigoyen y Lateral de Circunvalación a la hora de la siesta. Según la policía, el causante de la muerte fue el frío extremo. El pasado 3 de julio en Constitución (CABA), Walter García tenía 33 años y trabajaba de cartonero. Hace meses estaba en situación de calle. Murió frente a la sede central del programa Buenos Aires Presente, entre las 3 y las 4 de la tarde.
El 22 de julio en Mar del Plata, Ana Paula falleció en la madrugada. Tenía 48 años y vivía en la calle. Fue encontrada en el descampado donde está ubicado el Circo la Audacia, a pasos del Museo MAR, en Mar del Plata. Según el resultado preliminar de la autopsia, el fallecimiento se produjo por hipotermia y excesivo consumo de alcohol. Su pareja, Mario, había llamado a emergencias y una ambulancia se había acercado a atenderla. Sin embargo, aunque la examinaron, dijeron que no era necesario internarla. Se fueron del lugar y murió a las dos horas.
El 20 de julio en La Quiaca (Jujuy), Teófilo Zotar era empleado del Hospital "Dr. Jorge Uro" de la ciudad fronteriza de La Quiaca. Tenía 35 años y murió de frío en el pasillo del edificio donde vivía su ex novia. No logró entrar a la casa porque ella no estaba. Se quedó dormido y ya no despertó. Esa noche llegaron a hacer cerca de 10 grados bajo cero.
El 23 de julio en Rosario, un hombre de 49 años murió en la puerta del Refugio Sol de Noche, que recibe hombres en situación de calle. Tenía asma y según fuentes policiales pudo haber muerto por hipotermia. Sin embargo, el director del centro, Horacio Echenique, desmintió esa versión. “Dijo que le faltaba el aire y buscó salir afuera como cualquier persona que le pasa eso. Personal del Sies (Servicio Integrado de Emergencias Sanitarias) trabajó durante 45 minutos para que no falleciera, pero no hubo nada que hacer. No murió de frío. Había tomado el mate cocido que todos reciben apenas entran”, explicó. El 23 de julio en Villa Constitución (Santa Fe) un hombre de 33 años murió, su nombre era Manuel Alvarado y vivía en el barrio Las Chapitas de Villa Constitución, Santa Fe. Apareció sin vida en un baldío, sin golpes ni heridas. Los efectivos llegaron al lugar alertados por un llamado de un vecino que vio el cuerpo tirado.
Según un relevamiento que hizo la Red Solidaria, este año ya se cuentan 13. La campaña consiste en visibilizar la problemática, avisar cada vez que se ve a una persona en situación de calle, hacer recorridos y entregar abrigos. Sin embargo, lo más importante es empezar por lo básico: informar a las autoridades sobre una persona en estado de vulnerabilidad.