“Cuando la libertad es mal utilizada corre peligro de caer en el libertinaje”
Así se refirió Mons. Luis Urbanc en el Te Deum que se ofició en el templo parroquial de la Sagrada Familia y contó con la presencia de la gobernadora, Lucía Corpacci .
El miércoles en horas
de la mañana se llevó a cabo el Solemne Te Deum, como parte de los actos por
los 206 años de la Revolución de Mayo, que tuvo como escenario el templo
parroquial de la Sagrada Familia, ubicado en el barrio Villa Cubas, en la zona
sur de la ciudad capital, donde se concretaron los festejos patrios.
La ceremonia religiosa
fue presidida por el Obispo Diocesano, Mons. Luis Urbanc, acompañado por el
Párroco, Pbro. Daniel Pavón, y contó con la presencia de la Sra. Gobernadora,
Dra. Lucía Corpacci, junto con miembros de su gabinete, funcionarios
municipales, autoridades legislativas y de las Fuerzas de Seguridad,
abanderados y escoltas, quienes brindaron un marco especial a la celebración.
En su mensaje, Mons.
Urbanc expresó: "Nos hemos congregado una vez más para dar gracias a Dios
por los 206 años del primer grito de libertad, ese primer grito organizado de
querer ser una nación soberana, que se fue gestando progresivamente, hasta
concretarse en el Noroeste, en Tucumán, esa independencia real de nuestra
Patria hace doscientos años”.
Consideró que hoy "es
muy importante hacer un camino de madurez. Es bueno que lo celebremos y estemos
dando gracias al Señor porque hubo hermanos nuestros hace doscientos años
atrás, y más, que fueron gestando en los siglos pasados ese deseo de querer
consolidar un nuevo país con una identidad, fundamentalmente cristiana. Porque
aquellos, que han ido consolidando esta gesta han tenido la fe cristiana, han
querido pedirle a Dios que les diera la posibilidad de formar una nueva
identidad en el mundo”.
Tomando el texto de la
Carta a los Gálatas escuchado, el Obispo se refirió a la libertad, indicando
que "Jesucristo trae la verdadera libertad al hombre, la libertad de la
esclavitud del pecado que nos produce dolores, como el egoísmo, la violencia,
las mezquindades, la envidia, la pereza, el odio. Y Jesús vino a liberarnos, y
para poder vivir esa libertad nos da el Espíritu Santo, que es el espíritu del
amor”.
En este sentido
advirtió que "el gran peligro es caer en el libertinaje, que significa utilizar
mal la libertad, es decir que si a esta capacidad que me da Dios de elegir no
la pongo al servicio de los demás, se convierte en libertinaje, y volvemos a la
esclavitud. Y la peor esclavitud que tiene el ser humano es la que tiene
adentro del corazón. Jesús dice en un pasaje del Evangelio de Marcos que no es
lo que entra en el corazón del hombre lo que lo mancha, sino lo que sale de
él”.
"Nos dice la Palabra
de Dios que nos tenemos que hacer servidores los unos de los otros, porque
hemos sido liberados, porque hemos sido purificados por el amor de Dios. Y
debemos compartir eso con los demás. El amor nunca hace el mal a nadie, siempre
hace el bien. El amor busca engrandecer al otro, y nos dice el texto que en
nosotros hay una lucha entre la carne, que expresa nuestra debilidad y el
espíritu que nos da fortaleza. Los frutos del espíritu son amor, alegría, paz,
magnanimidad, afabilidad, bondad, confianza, mansedumbre, templanza”,
manifestó.
Continuando con su
prédica, el Pastor Diocesano dijo que "tenemos que pedirle al Espíritu Santo
que nos dé el don de Ciencia para saber descubrir auténticamente ese camino que
nos lleve a poder construir una Patria más justa, más soberana, más inclusiva.
Esto solamente es posible si nos apoyamos en los valores en que se apoyaron
nuestros antepasados cuando decidieron embarcarse en esta gesta de la
independencia. Se apoyaron en los valores cristianos, por eso del Cabildo han
ido a la Catedral al Te Deum, lo mismo en Tucumán cuando fue la Independencia,
fueron al Te Deum, la gratitud a Dios. Han pedido las luces al Espíritu Santo
para saber hacer las cosas bien, y nosotros tenemos que volver siempre a
nuestros orígenes, no podemos salirnos del camino o estaríamos cayendo
nuevamente en la esclavitud del pecado”.
Año de la
Misericordia
En los tramos finales
de su homilía, el Obispo puso énfasis en el Año de la Misericordia, que estamos
viviendo a propuesta del Papa Francisco, quien "nos ha pedido que
reflexionemos, instalemos en nuestra sociedad que tenemos un Dios
misericordioso. Él ha puesto este lema, ‘Misericordiosos como el Padre’, porque
Dios Padre es misericordioso”. En este plano afirmó que el Sumo Pontífice "nos
ha propuesto algo muy sencillo, que son las siete obras de misericordia corporales
y las siete espirituales. Las obras de misericordia corporales son muy
sencillas y están al alcance de la mano para que las podamos hacer. Si Dios es
misericordioso conmigo yo puedo ejercer esa misericordia con mis semejantes
poniendo en práctica dar de comer al hambriento, dar de beber al sediento,
vestir al desnudo, acoger al forastero, visitar a los presos, asistir a los
enfermos y dar sepultura a los muertos”.
"Y las obras de
misericordia espirituales, que son muy importantes, dar consejo al que lo necesita,
enseñar al que no sabe, corregir al que está equivocado, consolar al triste,
perdonar las ofensas, soportar con paciencia a las personas molestas, rogar a
Dios por los vivos y los difuntos. En la medida en que pongamos en práctica las
obras de misericordia seremos excelentes ciudadanos. Ese ciudadano construye
una Patria mejor, una Patria de hermanos, ése está propiciando que haya un
lugar para todos, ése es un constructor de paz. Esto no lleva a la guerra, no
lleva al conflicto, no lleva a la descalificación, no lleva a marginar a nadie,
todo lo contrario, lleva a incluir, y si queremos tener un Patria hermosa, una
Patria acogedora, donde todo el mundo sueñe poder vivir. Esta Patria que ha
recibido a tanta gente refugiada, tiene que seguir siempre abierta para
albergar al hermano que sufre. Pidamos al Señor un corazón grande para poder
acoger a todos los hermanos”, dijo.
Antes de la bendición
final, las autoridades presentes y pueblo en general elevaron la Oración por la
Patria, en un nuevo aniversario de la gesta de mayo.
Presidencial de Olivos una
conmemoración del 25 de