Susana del Valle Rodríguez actualmente duerme algunas noches en la calle o en habitaciones que le ceden amigas o personas que conocen su situación. Ella tiene alrededor de 40 años, tiene epilepsia, además de otras discapacidades, y a pesar de recibir una ayuda económica por su condición no tiene donde vivir.
Según lo que relató Susana a El Ancasti, desde hace varios años que presentó toda la documentación que le requerían desde el Instituto Provincial de la Vivienda, pero nunca obtuvo respuesta alguna. "Por mi condición de discapacitada tendría que tener prioridad”, reclamó la mujer, quien cuenta con el carné de discapacitada, además de los documentos que certifican sus enfermedades.
Además, de acuerdo con lo expresado, desde hace tiempo no puede trabajar debido a las consecuencias de los continuos taques de epilepsia y también sufriría de diabetes. También explicó que golpeó varias puertas de las oficinas del Ministerio de Desarrollo Social para pedir alguna ayuda mayor a la que recibe, ya que no le alanzaría para comprar los remedios, pero tampoco le ofrecieron una solución concreta. "Voy y me tienen con mentiras, de un lado para el otro, presentando papeles, pero la ayuda nunca llega”, manifestó.
Para poder sobrellevar sus enfermedades debe tomar medicamentos a diario, por los que mensualmente tiene que invertir $3.600, aunque admitió que muchas veces no le alcanza el dinero para poder costearlos. Incluso en las oficinas de Desarrollo Social le habían manifestado que no le podían conseguir gratuitamente los remedios, debido a que "son muy caros”.
En el IPV, en una de sus tantas consultas, le comentaron que había una posibilidad de que le donen un terreno donde se le construiría una vivienda, pero cuando volvió a que le confirmen la propuesta, le dicen repetidamente que aún no está firmada la donación.
Por último, dejó un teléfono por si alguien tiene una pieza o quiere ofrecer ayuda, se pueden comunicar con ella al: 383-154998802.