Luego de varios años de instalación informal, por parte de los estudiantes secundarios del último año, del ritual conocido con la sigla UPD (Último Primer Día), al parecer las autoridades de a poco van reconociendo la costumbre y en algunos casos otorgándole un carácter institucional.
El UPD es una celebración organizada por los estudiantes que comienzan el último año del nivel secundario. Consiste en fiestas que se llevan a cabo la noche anterior y durante la madrugada del día en que comienzan las clases. Suele reinar cierto descontrol, situaciones indeseables y, como característica general, la asistencia de los adolescentes en condiciones no adecuadas (por decirlo de un modo suave) para asistir a clases: sin dormir, sin el uniforme correspondiente y muy habitualmente bajo los efectos del alcohol.
Cuando esta costumbre comenzó, hace por lo menos una década, la actitud de las autoridades ministeriales fue el de la indiferencia, y el de los directivos de las escuelas de rechazo, lógicamente impidiendo o restringiendo el ingreso de los estudiantes “enfiestados”.
En el caso de Catamarca –el UPD se festeja en todo el país- este año el Ministerio de Salud decidió reconocer la existencia de la práctica y emitió una serie de recomendaciones para que el festejo no se salga de cauce: por ejemplo, el acompañamiento de los padres, garantizar que los chicos se alimenten y se hidraten e involucrar a los establecimientos escolares en la organización de prácticas preventivas y de cuidado en torno a este tipo de festejos.
Sería bueno que también el Ministerio de Educación provincial se involucre de lleno para resignificar el UPD. Es lo que sucedió, por ejemplo, en la provincia de La Rioja, cuya cartera educativa emitió una resolución por la que dispone la institucionalización del festejo. Establece que “las escuelas que integran el nivel secundario deberán problematizar el rol de los adultos, trabajar con la familia y la comunidad para no dejar a las adolescencias en soledad y promover prácticas más saludables y no anularlas o prohibirlas”. Indica que las escuelas deberán “incluir propuestas en la planificación anual, brindar información sobre el consumo de alcohol y sus consecuencias físicas y sociales”.
La resolución consigna, asimismo, que durante marzo se realizará un concurso en el que los alumnos podrán enviar videos que contengan las experiencias vividas en el UPD con actividades, culturales, pedagógicas y solidarias.
Algo así como una reformulación del famoso refrán: si no puedes contra ellos, úneteles. Es decir, si no puedes lograr que estos festejos no se realicen, al menos únete a ellos para ejercer algún control y darle nuevo significado. Es una buena estrategia, porque la indiferencia de los adultos –padres, directivos escolares y autoridades- propicia el descontrol, y la oposición a la práctica, se ha visto, no ha dado en estos años buenos resultados.