La rigidez de los controles puestos en marcha a raíz de la pandemia por COVID-19 en todo el país tuvo como...
La rigidez de los controles puestos en marcha a raíz de la pandemia por COVID-19 en todo el país tuvo como principal objetivo evitar la circulación por vía terrestre. Este endurecimiento en los operativos fue un obstáculo para la actividad de los narcotraficantes, quienes debieron “ingeniárselas” para poder “mover” las drogas y trasladarlas desde el centro del país a otros puntos de la extensa geografía nacional. En este contexto fue que los narcotraficantes adoptaron como modus operandi el transporte de los estupefacientes a través de encomiendas. No obstante, con la pandemia como parte de un pasado que quedó lejano en el tiempo, esta modalidad se sostuvo y son varios los golpes que han sido dados en los últimos meses a nivel nacional y en la provincia.
Según un informe publicado a fines del 2020 por El Ancasti, solamente en la primera quincena de diciembre de aquel año un total de veinte personas fue arrestado en el marco de operativos realizados por las fuerzas de seguridad en los que se interceptaron encomiendas con marihuana o cocaína. Estos datos se anexan a los números que arrojaron los primeros meses de la cuarentena –entre marzo y mayo– cuando fueron decomisados 63,260 kilos de marihuana y 13,276 kilos de cocaína en procedimientos realizados en toda la provincia por la Policía de la Provincia.
La modalidad había sido una de las primeras adoptadas años atrás por los narcos en el afán de ingresar las drogas sin asumir mayores riesgos, pero nada cambió tras la flexibilización de los controles. Las narcoencomiendas siguieron en auge.
En abril en Orán fueron interceptados más de diecisiete kilos de cocaína y otros cuatro de pasta base que eran transportados en encomiendas desde la ciudad de Salta y que tenían como destino a la provincia de Buenos Aires.
La conexión narco fue interceptada por inspectores de la Aduana: encontraron las sustancias químicas ocultas en encomiendas y en una mochila infantil.
En julio, la Policía Federal Argentina (PFA) secuestró 60 kilos de marihuana en Misiones y que habían sido enviados desde Buenos Aires.
Catamarca no fue la excepción, ya que el 21 de octubre en la Terminal de Ómnibus la PFA interceptó una encomienda con 500 dosis de pasta base.
El paso posterior al secuestro de los estupefacientes es la sanción a través de un juicio. En este plano, por estos días, el Tribunal Oral Federal (TOF) es escenario de un debate contra nueve personas que fueron detenidas en noviembre del 2020. La punta del ovillo fue una denuncia anónima y el primer golpe fue dado en una empresa de transporte de encomiendas en donde Gendarmería Nacional interceptó 15 kilos de marihuana que provenían desde Tucumán.
“Narcoencomiendas”, “mulas”, “camellos”, narcobombas”, son términos mediáticos que se instalaron en la última década. Se refieren a modalidades desplegadas por las organizaciones criminales para poder asegurarse la distribución y comercialización de los estupefacientes. En ese terreno, el Estado sigue corriendo desde atrás y la lucha contra el narcotráfico seguirá siendo despareja mientras no se presente una política sólida y sostenida que busque contrarrestar los embates de ese submundo criminal.n