miércoles 20 de marzo de 2024
Cara y cruz

Rumbo a la Convención

Aunque el oficialismo podría aprobar solo en la Cámara de Diputados el proyecto del Gobierno para sumar un miembro del radicalismo al directorio de la estatal minera CAMYEN, es improbable que la iniciativa se materialice, al menos hasta después de las elecciones.

Como se consignó ya en este mismo espacio, la propuesta se encadenó a otros indicios de distensión entre la conducción del radicalismo y el Gobierno para terminar de configurar una raya de diferenciación nítida en las líneas opositoras, que separó al ala dura de los dialoguistas.

El tema se tocó en el encuentro que mantuvieron en Córdoba los radicales de todas las tribus locales con el presidente del Comité nacional y precandidato a la Presidencia, Gerardo Morales.

Lo metió el diputado nacional Francisco Monti y fue un momento incómodo para el titular de la UCR local, Alfredo Marchioli, quien se había pronunciado a favor de aceptar la invitación gubernamental con el argumento de que permitiría monitorear la política minera “desde adentro”.

Morales, que es gobernador de Jujuy e integrante de la Mesa del Litio, le bajó el dedo y explicó que en su gestión no suma opositores del modo que quiere hacerlo el Gobierno de Catamarca.

De tal manera, el costo de avalar la propuesta se tornaría en Juntos por el Cambio demasiado alto en esta instancia de enfilamientos con la mira puesta en unas PASO que parecen indefectibles.

La flamante orgánica radical quedó de este modo en falsa escuadra nuevamente, retrocediendo ante arremetidas de quienes fueron derrotados en la interna. Primero fue el recule con la idea de provincializar el desacople electoral, lo que hubiera permitido al Gobierno despegar su oferta del lastre nacional y ahora esto de CAMYEN, que se defendió contra las objeciones con criterio partidista: el puesto era para un radical, no para Juntos para el Cambio y por consiguiente, eran los radicales los que debían decidir, sin participación de sus socios.

Los orgánicos trataron de revertir la posición acuerdista a la que sus oponentes los empujaban con la denuncia del incumplimiento del cronograma electoral por parte del Gobierno. Junto a los presidentes de otros partidos de Juntos por el Cambio, alegaron que el plazo para convocar a las elecciones provinciales se había vencido sin que el gobernador Raúl Jalil procediera y pidieron que el Tribunal Electoral –aún no constituido- salvara la omisión, pero Jalil convocó y la jugada reglamentarista quedó sin materia. Tiro corto y no puede descartarse, como ocurrió con el desacople y CAMYEN, que el Gobierno demorara para hacer pisar el palito a los incautos y refregar las heridas de sus adversarios. Como cuando el ministro Juan Cruz Miranda, ponzoñoso, le elogió la vocación dialoguista a Marchioli.

El encuentro con Morales se plasmó en una foto con todos los bandos juntos, pero al caso CAMYEN entró también ahí como una cuña.

Algunos diputados oficialistas piensan que podría ser provechoso dar dictamen al proyecto del directorio mixto y bajarlo a debate en el recinto para dejar más expuestas aún las divergencias en Juntos por el Cambio, en función de las posiciones ya tomadas por los distintos actores.

En el plano de la alianza que ganó la interna radical, las fisuras comienzan a hacerse cada vez más evidentes y más de uno se pregunta si el partido no estará siendo instrumento de otros intereses.

Es una discusión que seguramente se planteará con toda crudeza en la Convención programada para principios del mes que viene.

En ese órgano hay convencionales de los derrotados, que no perderán la oportunidad para tratar de reflotar el eje duros/dialoguistas. Los llamados orgánicos, por su lado, reprocharán los vínculos que sus críticos mantienen con el PRO y la Coalición Cívica.

Seguí leyendo
LO QUE SE LEE AHORA
denunciaran a ec sapem por un incidente en un quincho

Te Puede Interesar