La gravitación de las redes sociales en la política va en crecimiento. Se destinan cada vez más recursos, económicos y humanos, para generar campañas a favor y en contra de personas, ideas o causas. Esta utilización sigue naturalmente las reglas de este tipo de plataformas, que no siempre son afines a la del libre juego de las reglas democráticas. Las fake news (noticias falsas) o el uso de trolls, usuarios de identidad falsa o desconocidos que publican mensajes provocadores con la intención de instalar una polémica acerca de temas, son algunos de estos controversiales recursos que han mostrado su eficacia para favorecer a algunos dirigentes o posiciones políticas concretas.
La mayor y más grave utilización de una red social para incidir en campañas electorales la perpetró la consultora Cambridge Analytica, que adquirió de forma indebida información de millones de usuarios de la red social Facebook para manipular psicológicamente a votantes. Esta manipulación contribuyó, por ejemplo, a la elección de algunos presidentes, como Donald Trump en Estados Unidos, Jair Bolsonaro en Brasil y Mauricio Macri en Argentina, y al triunfo del Brexit en el Reino Unido
Habitualmente la ingeniería de estas movidas permanece en la oscuridad. Sin embargo, algunos de sus mentores empiezan a revelarla sin tapujos ni autocrítica alguna. El pasado martes, el portal infobae publicó una entrevista a Fernando Cerimedo, experto en consultoría política digital que actualmente asesora a Javier Milei y que trabajó también para Bolsonaro, Macri y Patricia Bullrich. Es, también, dueño de “La Derecha Diario”.
Cerimedo se jacta de manejar 50.000 cuentas de trolls creadas a través de inteligencia artificial para favorecer la imagen del candidato libertario. Sostiene que ya no usan esas cuentas falsas –que si trabajan coordinadamente se denominan “granjas de troll”- para generar comentarios, porque entonces las propias plataformas las detectan y las cierran, sino que las utilizan para generar contenidos y posicionarlos para que tengan más relevancia y repercusión. El consultor aclara que en su caso no utiliza contenidos falsos, lo que se denomina “campaña sucia”, pero está claro que las “granjas” se dedican muy frecuentemente a ese tipo de operaciones.
Según los expertos en redes, el fenómeno de la aceptación de Milei entre los jóvenes, que pasan buena parte del día en las redes, se explica por la implementación de estas estrategias.
La utilización de recursos disponibles en el mundo virtual, incluidos por supuesto las redes sociales, que tienen un espacio preponderante en la instalación y el direccionamiento de los discursos públicos, es legítimo. Pero es indispensable debatir acerca de la inconveniencia de apelar a recursos que lindan con la inmoralidad, si es que no caen en ella de manera recurrente. Este tipo de operaciones de manipulación son contrarias al espíritu de la democracia, que requiere de voluntades autónomas y libres para poder decidir, sin condicionamientos, los dirigentes y las políticas que son congruentes con su modo de pensar y entender la política.