El juicio se hizo en Tucumán. Los absolvieron por el beneficio de la duda. La droga salió de Salta.
Una mujer y un hombre catamarqueños, padres de una joven que engañó a su madre para que retire una encomienda con 2.2 kilos de marihuana, fueron juzgados por narcotráfico en Tucumán, y esta semana el Tribunal interviniente los absolvió por el beneficio de la duda.
Poco antes y durante los alegatos, el fiscal del caso pidió 5 años de prisión para la mujer y 3 años para el hombre, pero las defensas, a cargo de los abogados Pedro Justiniano Vélez y Mariano Vega Pridmenik, acreditaron que la mujer había sido engañada por su hija para que retirara en la provincia de Catamarca la narcoencomienda enviada desde Salta.
El miércoles pasado, el Tribunal del TOF de Tucumán dictó sentencia, absolvió a los sospechosos por el beneficio de la duda y dispuso que los dos recuperasen la libertad.
Fuentes judiciales informaron que la investigación se inició a principio de enero de 2024, cuando personal del Escuadrón 55 Tucumán de Gendarmería Nacional realizaba un operativo de control en la ruta nacional N° 9, a la altura del peaje Molle Yaco, en Trancas, controló un colectivo de larga distancia que había salido de Salta y tenía como destino la Terminal de Ómnibus de San Miguel de Tucumán.
Al revisar la bodega, los uniformados encontraron una encomienda con pañales y poco más de 2,200 gramos de marihuana compactada, que tenía como destinatario a una persona XX y que debía ser retirada en dependencias de un servicio de entregas de encomiendas de la capital de Catamarca.
Los investigadores hicieron un seguimiento del paquete y cerca de la Terminal de Ómnibus catamarqueña, la narcoencomienda fue retirada por la progenitora juzgada, aduciendo que iba a nombre de XX.
La mujer recibió la caja y cuando se la entregó a su pareja que la esperaba en moto fueron interceptados por personal de seguridad.
La investigación del caso estuvo a cargo del fiscal federal N° 2 subrogante, Agustín Chit, quien ordenó una serie de medidas.
Posteriormente, los detectives determinaron que la persona XX no realizaba actividades vinculadas con el narcotráfico y narcomenudeo, y la investigación se ralentizó.
Pasaron los meses y tras la recepción de testimonios y la realización de pericias, el fiscal procesó a la pareja por el delito de “transporte de estupefacientes con fines de comercialización”, asignando a la mujer la calidad de “autora”.
A principio de 2025, el fiscal Chit solicitó al Juzgado Federal N°2 de Tucumán la elevación a juicio de la causa, advirtiendo que “no hay ‘transporte para comercialización de estupefacientes’ y que simplemente es ‘transporte de estupefacientes’, siendo ésta la denominación correspondiente” para ser utilizada en el caso.
Para el fiscal, su investigación generó las pruebas suficientes como para demostrar que en enero de 2024 la pareja trasportó la marihuana en un transporte de encomiendas.
En el mismo lugar donde se interceptó la narcoencomienda que derivó en una causa que año y medio después fue archivada porque a los sospechosos se los absolvió por el beneficio de la duda, es un punto neurálgico de tránsito de estupefacientes en el NOA. Permanentemente se realizan secuestros de marihuana, cocaína y otros estupefacientes.
Entre los últimos procedimientos, la semana pasada se detectó a una mujer boliviana que traficaba cocaína bajo la modalidad conocida como mula o “capsulero”. El procedimiento fue realizado el martes por efectivos del Escuadrón 55 “Tucumán” de la Gendarmería Nacional en el peaje “Molle Yaco”, ubicado en el kilómetro 1.358. Iba en un ómnibus de larga distancia que fue detenido en medio del operativo. Durante el chequeo de los pasajeros y sus pertenencias, los gendarmes advirtieron una situación sospechosa: una mujer llevaba en su bolso de mano 12 cápsulas con cocaína. Había ingerido 106 cápsulas adicionales que debió evacuar.
