domingo 4 de junio de 2023

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Cara y Cruz

Oportunidades irresistibles

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El intento de salir al cruce de las críticas opositoras por la impunidad del Caso Rojas y sus derivaciones institucionales arrima al oficialismo provincial al punto crítico de una encerrona.

No se sabe si el diputado Juan Denett actuó animado por un impulso individual o como ariete de una estrategia más sistemática, pero al buscar transferir la presión política sobre el Frente de Todos a la Justicia no hizo más que poner en evidencia un elemento obvio para cualquier observador neutral: el Poder Judicial catamarqueño, al que le pide informes sobre los motivos por los que la investigación del crimen del ministro Juan Carlos Rojas carece de pistas firmes a cuatro meses de su inicio, fue configurado bajo el influjo político del Frente de Todos, su sector, que gobierna desde hace 12 años.

Este detalle es particularmente notorio en el Caso Rojas, pues el fiscal Laureano Palacios, apartado de la causa y acusado ante el Jury por impericia, fue designado por el Gobierno al que Denett adhiere, con el acuerdo unánime del Senado, sin ser incomodado por el escollo del concurso en la Comisión Evaluadora. Era hasta acceder al Ministerio Público Fiscal, además, un reconocido militante del peronismo.

Que el fiscal Miguel Mauvecín, obligado a dictaminar como fiscal del Jury a pesar de que alegó que se sentía inhabilitado para intervenir en el proceso por su cercanía afectiva con Palacios, se haya abstenido de acusar, significa que los representantes oficialistas en el tribunal deben decidir si avanzan de todos modos con el proceso o lo voltean.

En este mismo espacio se consignó la dificultad que plantea el precedente de Ramón Porfirio Acuña para proseguir sin acusación fiscal. La Suprema Corte de Justicia declaró nulo el Jury que destituyó a Acuña en 2001 precisamente porque no había mediado acusación del fiscal, y el destituido debió ser reincorporado a la magistratura e indemnizado con una millonada. Este antecedente debe ser evaluado cuidadosamente, porque podría ser que Palacios esté a esta altura del escándalo considerando si no le conviene que lo destituyan, para acceder en un futuro no demasiado lejano a los mismos beneficios que Acuña, el precursor.

Como sea, a criterio de la oposición el Jury tiene que consumarse. El bloque de diputados de Juntos por el Cambio asumió esta postura con criterio político, no jurídico, y depositó la responsabilidad menos sobre el tribunal del Jury que sobre los integrantes que responden o pretenden ligar al oficialismo. De ahí, de acuerdo a la decisión que estos tomen, escalarán en la narrativa del encubrimiento que vienen desplegando desde que acusaron a Palacios, respaldados por la familia Rojas.

La Corte se cubrió con una “investigación preliminar” sobre el proceder de Palacios abierta en la Procuración antes de que entrara el pedido de Jury opositor. Ese incidente disciplinario aparece ahora como la salida corporativa menos indecorosa para no avanzar en el proceso contra el fiscal y muestra un Poder Judicial con mejores reflejos políticos para la autodefensa que el oficialismo mudo.

Por otro carril, el fiscal Hugo Costilla, a cargo de la hasta ahora infructuosa investigación del crimen, convocó a testificar a la ministra de Seguridad Fabiola Segura, al ex jefe de Policía Ignacio Agüero y, lo más importante, a los peritos que intervinieron en la causa. Es otra maniobra de blindaje judicial, indicio de que no aparecen elementos que permitan orientar la pesquisa y sacarla de su estancamiento. Las eventuales responsabilidades de los peritos en el accidentado inicio de los procedimientos ha permanecido al margen de indagaciones hasta ahora.

El pedido de informes de Denett a la Corte es de tal modo anacrónico. Emerge tras un prolongado “silenzio stampa” oficialista que la oposición aprovechó para capitalizar el reclamo de Justicia de la familia del malogrado ministro en el terreno político.

Como dice el diputado, los opositores son oportunistas. No le vendría mal reflexionar también acerca de quiénes les sirven oportunidades que no podría resistir ni el más estoico de los anacoretas.n

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