El acusado es un joven de 21 años, que no cuenta con antecedentes penales. La medida es por dos años.
En la Cámara de Sentencia en lo Criminal de Segunda Nominación, ayer se llevó a cabo una audiencia de suspensión de juicio a prueba. Un joven de 21 años llegó imputado por “hurto calificado por escalamiento” y “amenazas simples”. Los hechos habrían ocurrido en abril del año pasado.
La audiencia fue presidida por el juez Silvio Martoccia. El acusado ofreció $10.000 como resarcimiento económico. El Ministerio Público Fiscal no se opuso al planteo, teniéndose en cuenta que el acusado no contaba con otros antecedentes en su contra. El magistrado resolvió hacer lugar a la solicitud de suspensión de juicio a prueba, por el término de dos años. A la vez, fijó pautas de conducta. Entre éstas, ordenó la prohibición de mantener cualquier tipo de contacto con el denunciante.
La suspensión del juicio a prueba es un derecho para algunas personas que han sido acusadas formalmente de haber cometido un delito o más que darían lugar a la condena condicional. El elemento esencial es como método de reeducación del acusado: un plan de conducta en libertad adaptando la respuesta del derecho penal a las circunstancias que rodean al hecho, las condiciones personales del imputado y a la posibilidad que brinde la comunidad o el sistema social. La idea es que se suspenda el trámite del proceso para que el sospechado cumpla con ciertas pautas de conducta y, una vez cumplidas y transcurrido el plazo de suspensión, se resuelva su desvinculación definitiva. Es decir, queda absuelto. La probation no se puede conceder para todos los delitos, ni tampoco a todas las personas sospechadas de cometerlos y, además, se tienen que dar varios requisitos.
