viernes 20 de septiembre de 2024
Editorial

Los más expuestos

Casi a diario se registran accidentes de tránsito que tienen a motociclistas como protagonistas. Es fácil comprender que sufrir un siniestro vial en este tipo de vehículos implica un peligro mucho mayor que si el medio de transporte es un automóvil. De modo que no extraña que las lesiones –y sus secuelas- sean más graves en los motociclistas, que son los más expuestos. Como ya se ha señalado en esta misma columna en oportunidades anteriores, conducir con sueño o alcoholizado en un automóvil es un hecho grave, pero hacerlo en una moto es prácticamente firmar su propio certificado de defunción.

Las estadísticas de este año señalan que hasta la fecha han muerto en Catamarca, en accidentes de tránsito, 38 personas, de las cuales 18 se transportaban en motocicletas al momento del hecho trágico. Es decir, prácticamente la mitad.

Los datos a nivel nacional, aportados por la Agencia Nacional de Seguridad Vial, indican que el año pasado murieron en todo el territorio de la Argentina 4.369 personas, de las cuales el 40% eran motociclistas. Las estadísticas indican que ese promedio de motociclistas muertos sobre el total de fallecidos fue bastante más alto en el Norte Grande Argentino (NOA y NEA): el 58%.

En todo accidente hay cuestiones azarosas que gravitan, pero también, por lo general, hechos que resultan de comportamientos humanos imprudentes, temerarios o simplemente incorrectos en función de lo que establecen las normas de tránsito.

Sería muy interesante que se realizase un trabajo estadístico más exhaustivo que simplemente mencionar las cifras de un modo general. Es decir, si se desagregasen las causas de los fallecimientos y se obtuviesen, de esa manera, insumos informativos necesarios para el diseño de estrategias de prevención.

Un trazo grueso realizado por expertos determina que las principales causas de accidentes en motocicleta son la falta de visibilidad del vehículo para otros conductores, la conducción distraída, el exceso de velocidad, conducir en estado de ebriedad o bajo los efectos de drogas legales o ilegales, y la ejecución de maniobras arriesgadas.

El uso del casco se ha generalizado y es muy difícil que una persona que maneja o se transporta en una motocicleta no lo lleve. Lo que a veces sucede es que no todos lo llevan puesto, aunque el número de personas que lo llevan en el brazo ha disminuido significativamente respecto de años atrás. El uso de esta herramienta de protección ha salvado, sin dudas, muchas vidas, pero no es suficiente.

Para evitar que sigan proliferando los accidentes protagonizados por motociclistas, el primer responsable de los aspectos preventivos es el que maneja el vehículo. Pero es preciso también que se realicen los controles correspondientes de parte de las autoridades y que los conductores de los vehículos más grandes respeten las normas viales, con la conciencia de que no es solo para cuidado propio sino también de quienes se desplazan en los más pequeños.n

Seguí leyendo

Te Puede Interesar