jueves 28 de marzo de 2024
Cara y Cruz

El karma judicial

Con el Jury al fiscal Laureano Palacios rumbo al desenlace, cuando empezaba a sentir alguna...

Con el Jury al fiscal Laureano Palacios rumbo al desenlace, cuando empezaba a sentir alguna descompresión en el ambiente por las fallas cometidas en la investigación del crimen del ministro de Desarrollo Social, Juan Carlos Rojas, la confirmación de que los restos humanos encontrados en un basural eran los de Karina Chazarreta, desaparecida en enero, volvieron a enfocar a la Justicia.

Chazarreta desapareció mientras regían medidas restrictivas sobre su expareja, Cristian del Valle Ortega, a quien había denunciado por amenazas y violencia de género. Ortega estuvo detenido alrededor de 24 horas en averiguación de los hechos y fue liberado debido a la ausencia de elementos que permitieran vincularlo con el hecho.

La búsqueda de la mujer fue intensa y se extendió, infructuosas, a otras provincias. Se manejaba la hipótesis de que podría haber escapado de una situación personal peligrosa y agobiante.

Cuando el 25 de marzo dos adolescentes hallaron restos humanos en un descampado y se verificó que pertenecían a una mujer, se pensó de inmediato que podrían ser de Chazarreta, única mujer cuya desaparición se había denunciado en Catamarca. El cotejo del ADN confirmó estas presunciones.

Un dato que profundiza el misterio es que el sitio en que de casualidad fueron encontrados los restos había sido rastrillado varias veces.

Se desconoce cómo murió y en qué fecha y si la mataron o se mató en ese mismo lugar. Nuevas pericias develarán, o no, estas incógnitas.

Hasta tanto: una mujer desapareció sin dejar rastros mientras estaba amparada, supuestamente, por medidas de restricción ordenadas por la Justicia para protegerla de eventuales ataques de su expareja. El sistema se anotició de la desaparición cuando los familiares de la desaparecida hicieron la denuncia.

Las preguntas caen de maduro.

¿Qué dispositivos está en condiciones de activar el Poder Judicial para garantizar el cumplimento de las medidas preventivas que dispone?

¿Qué tipo de vigilancia ejerce, si le tienen que avisar que desapareció una mujer que en teoría estaba bajo su protección?

La última noticia que se tuvo de Karina fue el registro de una cámara de seguridad, en la madrugada de ese 11 de enero. Después, se esfumó.

Cristian, el mayor de sus tres hijos, policía, fue quien hizo la denuncia.

Se la había cruzado a las 6.20 de la mañana, cuando él volvía del trabajo.

“Le dije que estaba llegando tarde al laburo, porque ella entra a las 6. Yo tengo un departamento al fondo de la casa y me fui a acostar. Cuando me levanté al mediodía, me encontré con el casco de su moto, pero ella no estaba. Llamé a sus amigas y al trabajo y me dijeron que nunca se presentó, que había mandado un mensaje diciendo que ese día no iba a ir”, contó.

Cuatro meses después de la desaparición, a partir de restos muy deteriorados, encontrados por azar, la Justicia de Catamarca enfrenta el enorme desafío de determinar las circunstancias de la muerte de Karina. Con la presión lógica en las calles de familiares, amigos de la víctima y organizaciones sociales y políticas.

Como en tantos otros casos. Un karma.

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