sábado 16 de marzo de 2024
Cara y Cruz

El avión no es para los coyas

El desmesurado costo adicional que impone Aerolíneas Argentinas a los pasajes...

El desmesurado costo adicional que impone Aerolíneas Argentinas a los pasajes aéreos entre Buenos Aires y Catamarca configura una discriminación que empuja a la Provincia hacia la marginalidad.

Las capturas de pantalla que ilustran esta columna son suficientemente gráficas.

El periplo entre Aeroparque y Tucumán cuesta $22.830, ida el 14 de marzo y vuelta el 21. El mismo periplo en el caso de Catamarca se abona $83.234.

$60.404 de diferencia, un 264% más cargado a la cuenta de los pasajeros con destino al Aeropuerto Felipe Varela. Con lo que se gasta para venir una vez a Catamarca, un visitante puede hacer cuatro viajes a Tucumán.

Rastrillando arduamente es posible obtener el boleto más barato, pero en ningún caso la diferencia contra Catamarca es inferior al 150%. Y si el aeronauta está muy urgido, sin demasiado tiempo para escarbar, puede llegar a comerse clavos de hasta el 500% extra.

Este abuso de la línea de bandera hacia Catamarca toma cada tanto la agenda pública y motiva manifestaciones de aflicción de diferentes protagonistas del quehacer político y económico provincial, que se acallan rápido arrolladas por otros asuntos supuestamente más prioritarios como las declaraciones de amor u odio a Cristina, las internas, las desacreditaciones a los rivales y sobreactuaciones similares. Pero ahí sigue nomás el castigo aeronáutico sin resolverse, por mucho que se le chupen las medias a Alberto Fernández y toda la cadena del funcionariato nacional al que se recibe con la lengua afuera y moviendo la cola cada vez que condescienden a visitar la provincia e impostar federalismo.

Que el Gobierno de la Provincia, sus terminales en el gabinete y los ocho representantes que Catamarca tiene en el Congreso nacional entre diputados y senadores no hagan algo más enérgico que suscribir eventuales notas y declarar su preocupación es una notoria inconsistencia con la prédica transversal que identifica al turismo como una de las actividades centrales para el desarrollo de la Provincia.

Debe ser porque ninguno tiene que pagarse los pasajes de sus frecuentes incursiones aeronáuticas, sea porque tienen el avión de la Provincia a disposición o porque se los abona el erario vía el presupuesto de repartición pública que comandan o el Parlamento nacional. Otro sería el cantar y la cantidad de viajes, si tuvieran que ponerla de su peculio; capaz que hasta conseguirían vuelos gratis.

Habría que ver. Por ahí Aerolíneas le mete a la ticketera catamarqueña sin asco porque, total, los que usan sus servicios son mayormente funcionarios y legisladores viatiquívoros y la caja del Estado aguanta cualquier saqueo. Hasta podría suponerse que los encargados de la firma pretenden achicar su multimillonario déficit con fondos catamarqueños.

Si tal fuera el criterio, convendría recordarles a las autoridades de la firma que también hay ciudadanos rasos que requieren sus servicios y que Catamarca se perjudica con tarifas tan onerosas. Como si le faltaran desventajas objetivas para desarrollarse, a la Provincia se le imponen las subjetivas surgidas de la discrecionalidad de Aerolíneas y la desidia de quienes podrían aprovechar sus influencias para revertir la situación.

Basta ponerse en el caso de turistas interesados en visitar el norte del país que consulten las listas de precios y se den con que para volar a Catamarca tienen que pagar 60 u 80 mil pesos más que para ir a Tucumán o Salta. O de alguien con intenciones de invertir que deba incorporar a su estructura de costos el diferencial por viaje a Catamarca.

Eso, por no hablar del desprecio que significa la política tarifaria de la empresa estatal para el catamarqueño exento de privilegios y acceso a presupuestos públicos, que sus representantes estimulan con un consentimiento mudo directamente proporcional a las alharacas con que celebran al Gobierno nacional hasta por la inauguración de una canilla.

Total normalidad. A quién se le ocurre que cualquier coya busca viaje en avión.

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