El calentamiento global producto del cambio climático es el principal problema ambiental que tiene el planeta, pero hay otros que también tienen una importante gravitación y pueden abordarse de un modo eficaz con el compromiso de gobernantes, empresarios y ciudadanos. La proliferación de basurales con desperdicios que pueden reciclarse o servir para compostaje es uno de ellos. Por otra parte, la basura también incide, aunque en muchísimo menor medida que, por caso, los combustibles fósiles, en el cambio climático en la medida en que genera el 10% de las emisiones globales de gases del efecto invernadero.
Argentina en general, y Catamarca en particular, tiene evidentes deficiencias educativas en lo que respecta al conocimiento y concientización ciudadana respecto del tratamiento de la basura. El primer paso –la separación en origen de de los desechos hogareños para facilitar el reciclaje- es de uso todavía muy limitado. Expertos en el tema señalan que en la basura domiciliaria hay entre un 20 y un 30% de materiales potencialmente reciclables y un 50% de materiales orgánicos que podrían servir para compostaje, es decir, para el reciclado de esos tipos de materiales. Con lo cual se infiere que la mayoría de la basura que se genera en los domicilios puede ser reutilizada.
No es lo que sucede en la realidad. La mayoría de los residuos que se producen en la Argentina terminan en basurales o en rellenos sanitarios.
Los basurales a cielo abierto son foco permanente y peligroso de contaminación. Un informe del Banco Mundial y del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente consignó que en el mundo se generan cada año alrededor de 2.000 millones de toneladas de desechos sólidos urbanos, y que casi la mitad –el 45%- no se gestiona adecuadamente. En la Argentina existen aproximadamente 5.000 basurales a cielo abierto, y en Catamarca, salvo San Fernando del Valle de Catamarca, Valle Viejo y Fray Mamerto Esquiú, el resto de los municipios tiene basurales a cielo abierto. A esos grandes depósitos de basura se le deben sumar los que la gente crea irresponsablemente en diferentes lugares casi de manera espontánea.
A diferencia del abordaje del cambio climático, que requiere del diseño y ejecución de políticas globales y de acuerdos a nivel supranacional, el tratamiento de la basura para reducir al mínimo posible la contaminación empieza por los ciudadanos que la generan en sus domicilios. El aporte separando para poder reciclar, compostando, siendo responsables en lo que se compra y se consume, es, en la sumatoria, importante. Por supuesto, la mayor responsabilidad sigue estando en las empresas e industrias que generan desechos en grandes cantidades y en el Estado, que debe controlar y al mismo tiempo generar conciencia y las condiciones para facilitar el tratamiento adecuado de los residuos, generando, por ejemplo, plantas de tratamientos modernas a los fines de evitar la proliferación de los basurales a cielo abierto.n