jueves 6 de febrero de 2025
Expedientes olvidados en el clóset

El 80 % de los crímenes contra personas del grupo LGBTIQ+ permanece impune

Desde 1992 a la fecha, se registraron 10 hechos. De estos, sólo dos tuvieron condena; seis no fueron resueltos y otros dos, ocurridos el año pasado, están en trámite.

Los asesinatos que tienen como víctimas a personas del grupo de lesbianas, gays, bisexuales, travestis, transexuales, transgéneros, intersexuales, queers y otros diversidades no visibles (LGBTIQ+), son considerados, en la mayoría de los casos, como “crímenes de odio”. En Catamarca, desde 1992 a la fecha, se registraron una decena de casos pero solamente dos llegaron a una condena. Otros seis casos no fueron resueltos. Actualmente, hay dos causas en trámite.

Ángel

Ángel Ferretti apareció asesinado en su casa, en la zona sur capitalina, en 1992. En su barrio cumplía con una importante actividad social porque colaboraba en un comedor comunitario. Según la investigación, tenía relacionales sexuales homosexuales con adolescentes en situación de calle. Nadie respondió por su muerte.

Miguel Ángel Rivero

El 8 de agosto de 1997, la Policía encontró en cercanías al camping de La Carrera, el cuerpo con seis puñaladas del travesti Miguel Ángel Rivero. Aparentemente habría tenido una relación ocasional con un cliente, quien luego lo habría dejado abandonado en un descampado. Rivero murió desangrado.

Víctor Cayetano Escalante

Era dueño de un almacén del barrio San Antonio sur, que fue encontrado sin vida, atado de pies y manos sobre una cama, con el rostro desfigurado y múltiples heridas de arma blanca. El cadáver fue hallado el 21 de septiembre de 1998. Sobre su pecho le dejaron una rosa y le robaron algunas pertenencias.

Cassandra

En 2002 Casandra, una joven trans, fue asesinada. Tenía 20 años y había llegado desde Belén. De acuerdo con la investigación, la habrían violado y golpeado con brutalidad. La mataron a puñaladas; tenía heridas en el tórax y en la mano. Llevaron su cuerpo en auto y la dejaron tirada sobre una sábana, boca arriba. Arrojaron sus restos en un camino vecinal que atravesaba el barrio Las Vías, en Pozo El Mistol, Valle Viejo. No hubo sospechosos ni condenados.

“Castillito”

Carlos Eduardo Castillo era un reconocido odontólogo y también un homosexual confeso; era más conocido por su apodo “Castillito”. Con su colorida ropa no pasaba inadvertido. Tenía 78 años y vivía en su casa de Rojas al 700. El 21 de julio de 2006 una joven que lo frecuentaba fue a visitarlo porque desde hacía varios días no lo veía. Como nadie la atendía espió por la rendija de las cartas, y un fuerte olor, nauseabundo, la alarmó y decidió llamar a la Policía. Más tarde se confirmó lo peor: en un dormitorio, un efectivo policial halló el cuerpo del odontólogo, el cual tenía varios golpes en la cabeza. La autopsia revelaría que Castillo llevaba muerto entre 48 y 72 horas. Lo habían matado a golpes, con una plancha antigua de hierro. No hubo demorados ni arrestados por el homicidio.

Actor

El 3 de noviembre de 2007, le arrebataron la vida a Claudio Soto Aguirre. Su cuerpo apareció apuñalado en el Circuito de la Vida del Parque Adán Quiroga. Era un profesor muy admirado y querido entre sus alumnos y sus pares.

Con condena

El 1 de mayo de 2000, en la zona de La Ripiera apareció el cuerpo desnudo de un hombre, de unos 35 a 45 años, en la zona conocida como La Ripiera. Yacía en el suelo con la cabeza destrozada y con quemaduras de cigarrillo en el tórax. La investigación permitió identificar a la víctima. Se trataba de Cristian Fabián Díaz, de 31 años.

La víctima tenía una herida punzante en el pecho -producida por un destornillador supuestamente-. En tanto que la cabeza había sido golpeada con una piedra de aproximadamente 5 kilos de peso.

El crimen habría sido motivado por un ataque de celos, ya que la víctima mantenía relaciones con dos de los acusados. Esto provocó que el asesinato fuera premeditado por uno de ellos. Por el hecho fueron condenados a reclusión perpetua Luis Eduardo Seco, Rafael Ramón Zonda Seco, Sergio Daniel Galván y Sergio Bazán.

En enero de 2019, “Tío” Héctor Calderón fue asesinado en su casa, en Belén. Era un reconocido docente de esta comunidad. En abril de 2021, la Cámara de Sentencia Penal Juvenil declaró culpable a Gabriel “Gabocha” en el delito de “homicidio agravado por criminis causa y robo en concurso real”. Junto con él, en el banquillo de los acusados se encontraban una joven, quien era su novia –adolescente al momento del hecho- quien compartía la misma imputación con Carrizo y un amigo de éste, acusado por “encubrimiento agravado”. Sin embargo, ambos fueron absueltos, por el beneficio de la duda.

En trámite

Actualmente, están en trámite dos hechos violentos contra personas del grupo de diversidad sexual. En julio último, Rubén Maturano Olmos fue asesinado en el Motel Oasis. Su cuerpo apareció atado de pies y manos y de acuerdo con la autopsia sufrió una muerte violenta. La causa de muerte fue asfixia por sofocación. Una de las hipótesis considera un servicio sexual.

Por este hecho, Matías Heredia (20) fue imputado por “homicidio doblemente agravado por alevosía y criminis causa en concurso real con robo”, acusación que prevé una pena única de prisión perpetua, el máximo castigo que contempla el Código Penal Argentino. El acusado se encuentra con prisión preventiva, en el Servicio Penitenciario Provincial, en Capayán. Por la imputación a la que se enfrenta, será sometido a juicio por jurados.

En diciembre último, Maximiliano Gutiérrez (27), un reconocido florista, fue brutalmente agredido por Juan Ignacio Reyes Modotti (19). Según la investigación, el acusado habría partido un cuadro en la cabeza a Gutiérrez y luego le habría incrustado un tornillo en el cráneo. Fue imputado por “homicidio en grado de tentativa doblemente calificado por mediar relación de pareja y por ensañamiento”. Se encuentra detenido desde mediados de diciembre.

Durante muchos años, estos asesinatos fueron calificados como “crímenes pasionales”. En realidad, se trata de “crímenes de odio”. Amor no hubo.

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