Había llegado hasta un sanatorio a raíz de una infección. Los médicos detectaron rastros de agresiones sexuales.
El horror y el misterio invaden por estas horas a la localidad neuquina de Rincón de los Sauces, donde este lunes murió una bebé de un año y cinco meses. Luego de examinar el cadáver, los médicos detectaron que tenía rastros de haber sido abusada sexualmente. Aunque ya allanaron el domicilio de la víctima, donde vivía con sus padres y dos hermanos, todavía no hay detenidos. La Justicia no descarta ninguna línea de investigación, según confiaron fuentes del caso ante la consulta de este medio.
La niña había ingresado el lunes por la mañana a la guardia de la Clínica de Maternidad del Sindicato de Petroleros Privados. Según detalló el portal de La Mañana de Neuquén, padecía una infección y tenía vómitos y signos de decaimiento general. Murió ese mismo día a las 14:45.
Al analizarla, los médicos detectaron signos de violencia sexual evidentes a simple vista. Fue en ese contexto que los profesionales advirtieron lo que calificaron como "signos desgarradores e indescriptibles" de abuso.
Por este motivo dieron aviso al Ministerio Público Fiscal de Neuquén, desde donde ordenaron preservar el cuerpo de la bebé. También tomó intervención la Comisaría 35 de Rincón de los Sauces.
En la noche del lunes trasladaron sus restos a la morgue judicial de la provincia y la autopsia del Cuerpo Médico Forense ratificó las sospechas iniciales de los profesionales de la salud que la atendieron. Además, el estudio agregó dos detalles determinantes para la investigación que lleva adelante la fiscal Rocío Rivero: la última vez que abusaron de la menor habría sido el día previo a su muerte. En consecuencia, se cree que el deceso estuvo directamente relacionado con la agresión sexual. De todas formas, la Justicia aguarda por estudios complementarios del Cuerpo Médico Forense para tener más precisiones sobre lo ocurrido.
Por ahora no hay detenidos por la muerte de la niña. La Justicia provincial ordenó allanar y resguardar la casa en la que vivía junto a sus padres y a sus hermanos, una nena de 12 años y un adolescente de 17. La decisión la firmó el juez de Garantías local, Juan Pablo Encina. Desde el Ministerio Público fiscal señalaron a Infobae que si bien el hogar familiar es, por ahora, la presunta escena del crimen -por eso están preservando el lugar, para que no se contaminen las pruebas- no descartan que tome fuerza la hipótesis de que hayan intervenido otras personas en la comisión del delito.
Un equipo especial de Criminalística del Poder Judicial neuquino registró ayer la casa de la víctima en busca de nuevos indicios. Por el momento, la causa permanece bajo estricta vigilancia policial y ningún objeto puede ser movido hasta que los especialistas de Criminalística del Poder Judicial realicen una inspección exhaustiva. Al cierre de esta edición, toda persona que haya visto a la menor en los últimos días se encontraba bajo sospecha.
