Intrigas intestinas. Francos deja el gabinete esmerilado por la interna entre Karina y Santiago Caputo.
Tras reunir a 20 de los 24 gobernadores para marcarles la agenda de los próximos meses, Javier Milei reemplazó a Guillermo Francos por Manuel Adorni al frente de la Jefatura de Gabinete, en un movimiento que arrastró también al ministro del Interior, Lisandro Catalán, brazo derecho de Francos.
Los cambios se inscriben en la interna entre la secretaria General de la Presidencia Karina Milei, “hermanísima” empoderada por la victoria de su diseño electoral, y el asesor por ahora sin firma Santiago Caputo. Suponen la reconfiguración del circuito de relaciones con los mandatarios, diseñado y controlado por un Francos cuyas limitaciones para asumir compromisos sólidos debido al enfrentamiento entre Karina y Caputo se hicieron más evidentes en el año electoral.
Es la culminación de una etapa. Francos manejó el vínculo con los caciques provinciales desde el principio de la gestión libertaria secundado por Catalán. Fue el primer ministro del Interior de Milei y ascendió a Jefe de Gabinete en mayo de 2024 en lugar de Nicolás Posse. Las funciones de la cartera de Interior fueron absorbidas por la Jefatura de Gabinete y gestionadas por Catalán, que después de la derrota libertaria en las provinciales de Buenos Aires del 7 de septiembre recuperó el rango de ministro.
De modales moderados muy contrastantes con los viscerales estilos que campean en el gabinete nacional, Francos supo ganarse el respeto de propios y extraños, pero paulatinamente fue haciéndose ostensible que no tenía poder interno suficiente para garantizar el cumplimiento de acuerdos que, por esa minusvalía, quedaban siempre sujetos al veto de instancias superiores.
Una carencia grave. El Ministerio del Interior fue tradicionalmente la cartera más importante en el espinoso terreno de las tratativas para dar viabilidad a las iniciativas del Gobierno. Sus ministros debían tener un volumen acorde a la envergadura de la tarea.
Como en tantos otros temas, Milei rompió esa lógica para instalar la del “triángulo de hierro” conformado por él, Karina y Santiago Caputo.
El resultado fue la proliferación de canales de negociación informales entre las Provincias y diferentes actores del elenco Presidencial, fenómeno que esmeriló la autoridad de Francos hasta anonadarla. El ahora ex Jefe de Gabinete quedó circunscripto a un rol más que nada protocolar, como mero emisario jerarquizado de los planteos provinciales al corazón del poder de la Casa Rosada. Otros miembros del equipo presidencial resultaban más eficaces para obtener respuestas, de modo que para las autoridades provinciales resultó siendo más simple puentear a Francos a través de terminales con llegada a Karina y los Menem o, eventualmente, a Caputo.
No obstante, Francos fue una figura central en las negociaciones para sacar la Ley Bases. Pasó de Ministro del Interior a Jefe de Gabinete en mayo y la norma fue aprobada un mes después junto al paquete fiscal, que se trató aparte a pedido de los gobernadores. Fue después de que el Gobierno consiguió este instrumento que la autoridad de Francos comenzó a devaluarse, esmerilada por las intrigas palaciegas, los “carpetazos” que intercambiaban “karinistas” y “caputistas” y las operaciones de denigración que la tropas de Santiago Caputo desplegaban en las redes sociales.
La designación de Adorni es un triunfo de Karina Milei en la interna oficialista, pero abre interrogantes sobre la forma que adoptarán los vínculos con las provincias. En este sentido, falta la cobertura del Ministerio del Interior que el “franquista” Catalán deja vacante y saber si la cartera mantendrá el rango o volverá a ser subsumida en otro ministerio ¿Karina copará todo, se abrirá el juego a Caputo o aparecerá otro actor? Gerardo Whertein fue reemplazado en la Cancillería por Pablo Quirno, secretario de Finanzas de otro Caputo: el ministro de Economía Luis “Toto”. Se especula con un megaministerio para Santiago que asumiría las funciones de Interior.
No es un dato menor. Se trata del interlocutor que tendrán los poderes provinciales con la Nación en la nueva etapa formateada por las elecciones.
