El defensor catamarqueño utilizó la cinta de capitán por primera vez en esta Liga Profesional.
Presencia. El marcador central se consolida como uno de los mejores de la Liga Profesional.
Atlético Tucumán pasa su mejor momento futbolístico en lo que va del año. Tras una Copa de la Liga muy mala y una primera parte de la Liga Profesional muy irregular, tras el final de la Copa América, el Decano se despertó y cosechó un empate y cinco victorias al hilo que lo llevaron a la zona alta del torneo.
Uno de los pilares de este gran presente es Nicolás Romero, el central de 20 años formado en las inferiores del Decano, que ayer visitó los estudios de FM La Tucumana 95.9, donde expresó su felicidad por el rendimiento y los resultados del equipo y detalló lo que sufría cuando los malos momentos parecían no terminarse más.
“Estoy contento, disfrutando este presente de nosotros como un hincha más. Creo que yo como salí del club soy un chico que sufre bastante cuando perdemos. Me cuesta muchísimo y ahora más que nadie disfruto este momento porque es un momento lindo, un momento único para mí, para mi familia, que puede venir a la cancha tranquila, ver y disfrutar que estamos ganando, que nos va bien y que Dios quiera que sigamos así. Es muy lindo Esto para mí”, respondió a la consulta realizada por los chicos de Soy Decano el nacido en Chumbicha.
El éxito actual del equipo conducido por Facundo Sava, no tapa los malos momentos que los jugadores, cuerpo técnico, dirigentes e hinchas padecieron no hace mucho tiempo atrás y que es algo que Romero tiene muy en cuenta, por el dolor, la bronca y la vergüenza que sintió durante esos meses.
“Sufrimos bastante, sufrimos muchísimo. Nosotros sufrimos muchísimo a veces. Tal vez no se dan cuenta, pero el día a día de nosotros es muy difícil y a los chicos que estamos solos, nos cuesta muchísimo porque tal vez necesitan un apoyo. Yo que soy un chico, necesito un apoyo. Siempre habló con mi viejo, él es el que más me apoya, el que siempre me está hablando, pero cuando no se dan los resultados duele muchísimo”, afirmó. Y destacó: “Hay gente que no tiene durante la semana tal vez para comer, pero va a la cancha siempre y nosotros no le podemos dar una victoria o regalarle un triunfo para irse contento y nos cuesta, nos duele mucho eso a nosotros”.
Haber sido formado en el club, del cual hoy es hincha y uno de los referentes futbolísticos a pesar de su corta edad, hicieron que las derrotas lo golpeen más duro. “Me duelen muchísimo. En mi situación particular no me quería ir a mi casa, me daba vergüenza irme Chumbicha. No quería ver a mi familia, no quería que ellos vengan. Mi viejo sí venía porque sabía que estaba mal, pero mi mamá, mis tíos, no venían, yo le decía que no vengan y yo no quería irme al pueblo”, confesó.
Su titularidad indiscutida en el Decano, provocan que en su pueblo natal, su figura sea muy reconocida y que la cancha de fútbol del polideportivo local lleve su nombre. Esto le hizo caer la popularidad que alcanzó entre su gente, de la que hoy es consciente: “Hace poco tiempo atrás no me daba cuenta, pero ahora recién caigo. Creo que mi cabeza hizo un cambio, por eso creo que me estoy dando cuenta de muchas cosas. Con mi viejo hablo mucho de eso y hay gente en Chumbicha que tal vez no me manda un mensaje, pero siempre ven todos los partidos. Es algo que yo no puedo creer. Por ahí, hay gente que ni le gustaba el fútbol y está viendo porque me ve a mí jugar y me ve jugar un sábado y un domingo yo estoy en mi pueblo y no pueden creer, me lo dicen”.
¿Cómo es tener al Pulga Rodríguez como compañero de equipo?
Para mí estar jugando con él hoy en día es un orgullo, para mí es algo especial. Yo salí del club y creo que es un líder. Él y el Bebe Acosta son líderes que no te pueden faltar en un equipo. Se vio reflejado ese cambio, así que ahora lo estamos disfrutándolo a él, este presente, disfrutamos a Guille (Acosta) también, así que estamos muy contentos por eso.
¿Qué sentiste al recibir por primera vez la cinta de capitán?
Sentí mucho orgullo. Me pasaron muchas cosas por la cabeza porque como dije recién, salí del club y es algo que jamás imaginé y es muy lindo para mí. Creo que en ese momento estaba mi vieja y mis hermanitos y sentí una emoción por dentro que no podía llorar porque era un partido que tenía que estar ahí, firme, concentrado.
Después del partido cuando apoyé la cabeza en la almohada me pasaron muchas cosas, he llorado solo por sentir ese orgullo y saber que había logrado algo importante en mí en mi carrera y también que mi familia se sienta orgullosa porque fueron ellos los que apostaron en mí.
Fuente: El Tucumano
