El clientelismo que Gustavo Roque Jalil exacerbó en su retirada desfinanció a la Municipalidad de Valle Viejo y precipitó el colapso de su estructura. La intendenta Susana Zenteno subestimó el alcance de la interna peronista. La unidad, sellada al influjo de la ex gobernadora Lucía Corpacci, era necesaria para ganar, pero indispensable para gobernar con la oposición de un adversario de la envergadura de Jalile, que talla en Valle Viejo desde hace casi 40 años.