viernes 29 de marzo de 2024
NOTA DE TAPA

Laura Ramos: Talento y disciplina

Es campeona en “Pole Exotic” y referente latinoamericana en “Pole Sport”. Con su talento demuestra que más que un baile, el caño es toda una disciplina artística y deportiva.

Por Redacción El Ancasti

Con el paso del tiempo, cambian de ideas, hay avances tecnológicos, nuevos descubrimientos y mitos que se caen. Lo que antes estaba mal visto, hoy tiene aceptación y por mayoría. Los velos se recorrieron y el “pole dance” dejó de ser visto como “el baile del caño”; se lo desplazó de ciertos ámbitos y pasó a ser considerado como una disciplina artística y deportiva. Como toda disciplina, se organizan eventos, con premios y reconocimientos. Al respecto Laura Ramos sabe y tiene experiencia: es la referente latinoamericana en “Pole Exotic” y es la actual campeona en la competencia “Elevate Pole Championship 2018”.

También se destaca en la categoría “Pole Sport”, obteniendo el bronce latinoamericano. En el certamen Arnold Classic de Río de Janeiro, Brasil, quedó entre las 10 mejores del mundo entre 220 atletas. 


“El ‘pole dance’ es una disciplina de alto rendimiento deportivo. El elemento (la barra vertical) es similar al que utilizan en el denominado ‘baile del caño’. Sin embargo no correspondería asociarlos ya que no son sinónimos. Uno está vinculado a con lo stripper y el otro es deportivo. No se permiten movimientos con insinuaciones sexuales ni exposición de zonas erógenas. El pole dance es deportivo”, explicó.


El primer acercamiento de Laura con esta disciplina fue en Córdoba, mientras estudiaba en la Universidad la carrera de Psicología. Recuerda que quedó fascinada al ver en vivo la ejecución de acrobacias aéreas. “Así progresivamente fui investigando e incorporándome en el mundo del pole dance, descubriendo sus variantes y llevando mi cuerpo al límite”, contó.

Sin prejuicios


Al principio, no fue fácil porque había algunos juicios de valor dando vueltas. “El prejuicio principal fue el mío hacia la disciplina. Yo misma creía que era el ‘baile del caño’. Al descubrir la riqueza del deporte y la complejidad que tiene me dije ‘voy a intentarlo’ y así la pasión se apoderó de mí”, dijo con entusiasmo.


Como disciplina, tiene sus exigencias deportivas. En una competencia de pole se evalúan distintas habilidades, principalmente las vinculadas a la fuerza, la flexibilidad, lo artístico (presencia escénica, vestuario, actuación, congruencia coreográfica) la ejecución técnica de los movimientos, las transiciones dinámicas, acrobacias y danza, detalló. Existen diferentes variables de categorías de pole: Pole Sport, Pole Art y Pole Exotic. Cada una de ellas tiene una particularidad específica.


“En el Pole Sport se enfatiza en lo deportivo. El Pole Art está vinculado más a lo teatral. El Pole Exotic requiere de habilidades vinculadas mayormente a la danza y se complejiza por el uso de zapatos tacos altos”, describió.


Tales disciplinas también tienen su reglamento. “Está prohibido usar trajes que expongan zonas erógenas del cuerpo; no se pueden utilizar materiales ni diseños vinculados al sadomasoquismo, ni hacer desnudos; de acuerdo con la competencia, se pide con anterioridad enviar foto del traje. En el caso de no cumplir con los requisitos del vestuario y que se vea parte del muslo, entre pierna o busto hay descalificación directa. No se permite quitarse prendas de ropa que insinúen un strip. Sin embargo, se pueden utilizar elementos principalmente en competencias donde existe la categoría Pole Art”, detalló


Laura remarcó que el uso de elementos es personal, no obligatorio, y depende de lo que se quiera representar como parte de la coreografía. Es en este punto que se evalúa la conciencia coreográfica, donde debe coincidir la música, el vestuario y los movimientos.


Además, explicó que el nivel de complejidad de ciertas figuras (poses) determinan la categoría del atleta (principiante, amateur o profesional-elite). Una figura es la ejecución de un movimiento o sostén técnico, existen varias figuras, algunas de fuerzas, otras de flexibilidad, otras dinámicas y mixtas.


“Intento ser lo más completa posible. ¡En el equilibrio está la belleza!”, expresó.

De para bienes


La práctica del ‘pole dance’ trae sus beneficios, como todo deporte. Para Laura, superación, confianza, tolerancia a la frustración, aceptación corporal, mejora la autoestima, tonifica el cuerpo, mejora flexibilidad, aumenta la coordinación y la feminidad son las ventajas que trae. “Las personas que practican ‘pole’ son personas firmes de espíritu y carácter, superan y enfrentan con fortaleza miedos y prejuicios”, comentó.


La dedicación y la práctica, al mismo tiempo, dejaron sus huellas. El año pasado, Laura tuvo una lesión en los hombres por sobrecarga –conocida como tendinosis- y no pudo asistir al Mundial que se realizaba en México. Fue la única argentina seleccionada para participar. “Me recuperé y ha sido de gran riqueza generar hermosos vínculos humanos, viajes y conocer diferentes lugares y personas que cultivaron mi perspectiva ante la vida”, contó.


Aunque la disciplina tiene sus detractores, Laura hace oídos sordos a esos comentarios y sigue su camino en esta carrera artística y deportiva. “Sinceramente nunca presté atención a los comentarios. Sólo hago lo que me gusta. Si se lo acepta o se lo rechaza me excede. Me enfoco en mí y en lo que me hace feliz”, expresó.


Por ello, desea seguir disfrutando, superándose y creciendo como atleta y persona. “Mi sueño es que el abismo entre los prejuicios y lo que es en sí la disciplina se acorte, que más personas lo realicen y obtengan los beneficios que fui adquiriendo yo al realizar esta disciplina. Cualquier persona puede realizar la actividad, no importa el sexo, la identidad de género, la edad ni la fisonomía. La adaptación es personal y progresiva”, aseguró.

Texto: Basi Velázquez
Fotos: Gentileza Laura Ramos

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Currículum

Laura Ramos


*Organizadora del evento internacional “Punta del Este Pole Camp 2018”
*Bronce latinoamericana 2015 en la categoría Pole Sport
*Oro latinoamericano 2018 en la categoría Pole Glam
*Futura Psicóloga deportiva (se encuentra en la etapa de elaboración de tesis)


“Intento ser lo más completa posible. ¡En el equilibrio está la belleza!”


De luchadores y amantes, una historia vertical


El pole dance, también conocido como baile del caño, ha sido fuertemente ligado con el ‘table dance’ y se le ha visto durante algunas décadas como un baile provocativo. Sin embargo en los últimos años ha adquirido fama y reconocimiento a nivel mundial. Es un ejercicio que requiere de gran fuerza y mucho control del cuerpo. También se le ha visto como una forma de arte.
Desde inicios del nuevo milenio, se busca diferenciar el arte de hacer pole dance, de los bailes que tienen una connotación sexual y que han sido empleados frecuentemente en uno que otro strip club.


Es un deporte que tiene una fuerte relación con el llamado Mallakhamb. Éste se practica en la India y sus orígenes se remontan al 1135 d. C, aunque no fue hasta el siglo XVIII que fue puesto en práctica por más gente. En sus inicios era exclusivo para luchadores. De ahí su nombre; Malla que quiere decir luchador y Khamb que significa pole (tubo). La finalidad era la de desarrollar más velocidad, mejores reflejos, concentración y coordinación.


Hoy es visto más como un arte y no tanto como un método de entrenamiento. En este deporte, los gimnastas realizan distintas poses en un tubo vertical de madera, éste es más grueso que el utilizado en el pole dance contemporáneo. Se realizan diversos campeonatos en distintos estados de la India.


En China existe un deporte similar conocido popularmente como el Chinese Pole, o vara china. Se le puede identificar fácilmente al arte puesto en práctica por cirqueros profesionales. Aquellos gimnastas que logran hacer movimientos sorprendentes sobre una vara de entre 3 y 9 metros de alto.


Es probable que el pole dance de Occidente, haya tomado como base el Pole Chino o el hindú, pero lo que sí es cierto es que movimientos exóticos y sensuales fueron incorporados. El striptease fue practicado en la época sumeria y según el mito se dice que la diosa del amor, Inanna, mientras bailaba se quitaba una prenda o pieza de joyería para pasar por las siete puertas y así encontrar a su amante, Damouz.


Fue con Fawnia Dietrich que la manera en que se era visto éste, ahora considerado deporte, comenzó a cambiar. En 1994 Fawnia fue la primera mujer en dar clases de pole dance y en crear su propia escuela.
La primera competencia se llevó a cabo en Ámsterdam en 2005, resultando ganadora Elena Gibson, quien unió el ballet clásico con el pole dance. El primer hombre en resultar ganador fue el bailarín Zhang Peng en el 2007. 
La lucha por quienes practican este deporte continúa; se busca que el pole dance sea incluido en las Olimpiadas. La petición fue rechazada por el comité para participar en Londres 2012 debido a que aún no hay suficientes bases para calificarlo. 
 

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