8 de septiembre de 2006 - 00:00
A 16 años del crimen de María Soledad Morales, la comunidad catamarqueña vive este nuevo aniversario con sensaciones encontradas. Prevalece entre ellas cierto distanciamiento, propio de la saturación provocada por una década de incesante bombardeo mediático, donde abundaron datos inconducentes y groseros manoseos de la información.