jueves 28 de marzo de 2024
Editorial

Turismo: balance preliminar de una temporada para el olvido

El retroceso del turismo en todos los rincones del mundo ha sido un lugar común...

Por Redacción El Ancasti

El retroceso del turismo en todos los rincones del mundo ha sido un lugar común en el último año y tiene como causa de base, casi excluyente, la pandemia, que sorpresivamente cambió las reglas de juego en todas las actividades humanas.

No debe extrañar, en consecuencia, que la temporada de turismo veraniega en Catamarca tenga un balance negativo respecto de otros años. Pero nuestra provincia ostenta déficits propios, que tal vez no se encuentran con facilidad en los destinos turísticos más tradicionales de la Argentina, mucho menos en aquellos de las primeras potencias del mundo en esta actividad.

Estos déficits parecen haberse potenciado en esta época de excepcionalidad que atravesamos. La falta de coordinación entre los distintos actores, que es un clásico de todos los años y que incide de manera negativa en el éxito de la planificación del turismo local, en los últimos meses se observó con mucha mayor nitidez. 

Difícilmente puedan encontrarse logros, aunque sean mínimos, en materia turística, si no pueden ponerse de acuerdo autoridades provinciales, intendentes y hasta policías que revisten en los puestos camino de la provincia. Esta ausencia de coordinación convirtió a las rutas de la provincia, incluso aquellas que conducen a localidades turísticas, en territorios de aventuras impensadas. Salir de “vacaciones” hacia el lugar elegido siempre fue fácil. Lo complejo fue llegar, a raíz de las discrepancias entre los protocolos existentes y la falta de sentido común, en algunos casos atribuibles a los funcionarios municipales responsables y en otros a los agentes destacados en las rutas, que parecían competir a ver cuál ponía más obstáculos, a veces más que los establecidos oficialmente, para circular hacia el destino elegido o para volver al lugar de origen.

Las disposiciones preventivas siempre son bienvenidas, pero en la medida en que se ejecuten de manera coordinada y con los criterios propios de la razonabilidad.

Pero volcar culpas solo en el sector público sería injusto. Algunos actores del sector privado siguen exhibiendo carencias que no pueden tolerarse si el objetivo es colocar a Catamarca, cuando se instale definitivamente la “nueva normalidad”, entre las plazas turísticas más destacadas del país. Déficit en la calidad de atención, restricciones incomprensibles en la comunicación con establecimientos hoteleros o gastronómicos para pedir información o reservas, dificultades para nutrir de color local a las ofertas, son solo algunos de los defectos, acentuados durante la pandemia, que funcionan como escollos para el crecimiento turístico, sobre todo en el interior de la provincia. 

La temporada turística será pobre, como se esperaba en este contexto condicionado por los problemas sanitarios, pero la excepcionalidad del momento hizo que los históricos problemas se notaran mucho más que de costumbre. Como en todos los órdenes de la vida, habrá que tomar nota de lo que se hizo mal para no volver a repetirlo. Las temporadas que vienen, es de esperar, si las vacunas o los tratamientos del Covid-19 se muestran seguros y eficaces, tendrán menos condicionantes que la que todavía transcurre, camino hacia el olvido.

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