jueves 28 de marzo de 2024
EDITORIAL

Sumisión química: modalidad delictiva en aumento

Por Redacción El Ancasti

La expresión "sumisión química" es muy poco conocida, pero alude a una modalidad delictiva muy usual en determinado ambientes vinculados a la diversión nocturna. El hecho de que, como consecuencia de la pandemia en curso, las actividades festivas sean mucho más limitadas que en épocas de "normalidad", no implica una disminución pronunciada de estos casos, por lo que es preciso advertir sobre la recurrencia de estas prácticas.

La estrategia de quien planea la comisión de un delito mediante la citada modalidad se basa en la administración a la víctima de sustancias psico-estimulantes sin su consentimiento, con lo cual se vuelven mucho más vulnerables al modificarse su estado de conciencia y ser pasibles de manipular su voluntad.  Los delitos más comunes que se consuman una vez que estas sustancias hacen efecto son los abusos sexuales y los robos. 
Los delitos cometidos a través de la sumisión química son muy comunes, aunque es imposible confeccionar una estadística fiable porque ni siquiera son contabilizados con esa denominación. Es decir, se los registra como abuso sexual, violación o robo, pero no se especifica bajo qué modalidad se ejecutaron.

De todos modos, como se trata de hechos llamativos, suelen tener amplia repercusión mediática y los casos más resonantes trascienden en los medios de comunicación. Durante el pasado mes de octubre, dos hombres suministraron burundanga a una joven en el barrio de Flores, ciudad de Buenos Aires, tras lo cual abusaron sexualmente de ella. También, durante ese mes una mujer denunció haber sido alcoholizada y violada en un camping de la provincia de Neuquén. Otro caso similar fue denunciado en Chubut: una joven fue sometida a una violación grupal cuando se encontraba indefensa bajo los efectos del alcohol. 
La burundanga, nombre popular de la escopolamina, es una droga que se utiliza habitualmente para provocar delitos posteriores. Se trata de una sustancia que generan ciertas especies vegetales, tiene efectos alucinógenos y causa síntomas como sueño, sumisión, pero además borra la memoria de las víctimas durante el tiempo en el que duran sus efectos.

En vista de la peligrosidad y la recurrencia de delitos consumados bajo esta modalidad, las autoridades están iniciando campañas de información y concientización sobre los riesgos que entraña relacionarse con personas desconocidas mientras se consumen bebidas. Por ejemplo, el Observatorio de Adicciones y Consumos Problemáticos de la Defensoría del Pueblo bonaerense elaboró una cartilla informativa para otorgarle visibilidad a la Sumisión Química.
Las campañas, que bien podrían iniciarse también en Catamarca, donde los casos no son tan habituales aunque sí hay antecedentes, deben incluir necesariamente una perspectiva de género porque en un porcentaje muy alto las personas atacadas son mujeres. Y los destinatarios no deben ser solo las potenciales víctimas, sino también el personal policial, que, además, debería guiarse por protocolos específicos que ayuden a esclarecer los casos y evitar, como suele suceder, la revictimización.n

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