jueves 21 de marzo de 2024
Cara y Cruz

Desarrollo Social, ausente

Dos hechos conocidos por estos días muestran deficiencias en el funcionamiento...

Por Redacción El Ancasti

Dos hechos conocidos por estos días muestran deficiencias en el funcionamiento del Ministerio de Desarrollo Social y Deportes que encabeza el exdiputado Marcelo Rivera.
El hallazgo de una bebé de días abandonada en Chumbicha permitió acceder a la desesperante situación de la madre, que había dado a luz sin asistencia médica adecuada, en su domicilio. Se dio una inquietante inversión de la secuencia habitual del parto: hija y madre fueron internadas en la Maternidad después del alumbramiento. La mujer había sido detenida, ya en marcha el proceso judicial por presunto “abandono de persona”, pero debió ser hospitalizada por su delicado estado de salud.

Unos días antes, este diario había informado sobre el malestar que cunde en los comedores barriales debido a que Desarrollo Social suspendió la provisión de alimentos durante enero. “Tómense vacaciones”, fue la respuesta del área frente a los pedidos de asistencia, de acuerdo a lo que relataron referentes de los comedores.
“Es la primera gestión en años que nos pasa, no solo a mi sino a muchos referentes. No sabemos qué hacer porque nos cerraron las puertas. Creen que los chicos no comen en enero y deben tener hambre nuevamente en febrero. Tuve que andar pidiendo por la calle para cocinar, pero lamentablemente lo tuvimos que cerrar porque no hay suficientes alimentos para cocinar. Todos vienen y preguntan, pero no tengo que darles y los niños son los que sufren porque los grandes se arreglan, pero los chicos no, sobre todo quienes no tienen contención en los hogares”, dijo Luisa, del comedor El Ángel. 
“La semana que viene voy a comenzar a cocinar porque me donaron mondongo y puchero, pero será pocos días. Nos dieron a todos los comedores hasta diciembre, pero después nada. Dijeron que volvamos en febrero, estoy hablando de la Municipalidad de la Capital, Caritas y Desarrollo Social, no solo a mi sino a todos porque yo cocino hace muchos años y es la primera vez en años que los niños deben cerrar la boca por un mes y volver a tener hambre cuando ellos decidan”, comentó Cristina, que cocina desde hace años para familias carenciadas de la zona su capitalina.

En el mismo artículo que dio cuenta de los problemas que atraviesan los comedores en la temporada estival se asentaron las quejas por las restricciones de la atención y la asistencia en el pabellón ubicado en el CAPE.
Ambas noticias se encuadran en una notable escasez de novedades sobre lo que ocurre en la cartera comandada por Rivera, circunstancia curiosa si se consideran los estragos que la peste, que profundizó los efectos de la prolongada recesión económica, provocó en el frente social. Ganada la agenda por las políticas sanitarias, llama la atención el misterio que rodea la gestión de un área que debería estar a tiempo completo dedicada a contener a los excluidos por el agravamiento de las crisis.

Rivera forma parte del grupo de ministros ignotos del gabinete gubernamental. Por supuesto, podría tratarse de un caso de modestia extrema, pero es improbable.
Se trata de un funcionario que asentado sobre una extenso currículum político, al menos en lo que hace a lo cuantitativo. Figura importante del sector referenciado en el jerarca gastronómico Luis Barrionuevo, se desempeñó como diputado provincial y ministro de Gobierno durante la gestión de Lucía Corpacci, contra quien había competido en 2015 como candidato a gobernador.
El perfil que ha asumido al frente de Desarrollo Social, más subterráneo que bajo, contribuye a la acaso injusta fama de que los títulos de su trayectoria, aparte de mostrar una felinesca habilidad para caer parado, camuflan su acendrada vocación de calienta sillas. 

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