jueves 28 de marzo de 2024
EDITORIAL

Inventar una nueva escuela

Por Redacción El Ancasti

Si la vida en general después de la pandemia no será igual a la que era hasta febrero, si habrá que acostumbrase a una “nueva normalidad”, deberán los especialistas de cada parcela de la vida social imaginar los nuevos perfiles de ese mundo por venir.
Los cambios son obligados, como puede entenderse perfectamente a partir del impacto, de las secuelas, que el coronavirus deja y seguirá dejando, aun cuando ya no esté, en el mundo. Pero deberá aprovecharse también como oportunidad para transformar lo que estaba mal antes de que la enfermedad se esparciera por el planeta.

Es lo que piensa uno de los principales pedagogos del mundo, Francesco Tonucci, quien además es escritor, dibujante e investigador, respecto del futuro de la Educación.  El italiano se ha manifestado en contra de que la educación siga estos meses como si nada hubiese pasado, cambiando solo las clases presenciales por la virtualidad. “Vivimos una situación extraordinaria, no puede ser que la escuela siga como antes (…) Los cambios cuestan. Normalmente, las estructuras intentan quedarse iguales para siempre. La escuela italiana adoptó como lema en esta crisis: ´La escuela continúa´. Sería un ´seguimos como antes´. Y es algo paradójico: ¿cómo que no cambia nada si cambió todo para todos? Pero si la mayoría piensa que la escuela no tiene que cambiar, vendrá agosto u octubre y todo seguirá igual. Tenemos que aprovechar esta oportunidad para lanzar una idea nueva de una escuela que corresponda a lo que nuestra sociedad necesita”, reflexionó recientemente en una entrevista periodística.

Un tema central para Tonucci, que va en contra de la tendencia actual, es la necesidad de que la escuela reconozca la diversidad y no tienda inevitablemente hacia la uniformidad. Es que a la escuela de la mayoría de los países (y Argentina no es la excepción), sobre todo a los establecimientos públicos, asisten niños y adolescentes de distintas culturas, sectores sociales, de pueblos originarios, con discapacidades… “El tema de fondo –dice- es que hay una idea equivocada de que la escuela debe ser para iguales, entonces todas las veces que alguien no es igual a los demás se considera un problema. Y la verdad es que los niños son diferentes uno del otro, por lo cual si queremos hacer una propuesta educativa democrática y eficaz, tenemos que hacerla para diferentes, y no para iguales”.

La crisis del coronavirus debe ser una oportunidad para transformaciones virtuosas en materia educativa. El pedagogo italiano exhibe como ejemplo a observar a Finlandia, que no tiene exámenes, al menos como se los conoce en Argentina, hay mucho menos horas de cursada a lo largo del año y no hay tareas para el hogar. Sin embargo, ese país ostenta uno de los más altos niveles educativos del mundo.

Pero más allá de los modelos, los cambios que se vienen son impredecibles y un desafío que debe asumirse colectivamente. Como dice Tonucci, “cuando empecemos de nuevo, tendremos que inventar una escuela que hoy no existe”.

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