jueves 28 de marzo de 2024
CARA Y CRUZ

Cloacas eternas

Por Redacción El Ancasti

El destino parece ensañado con la intendenta Susana Zenteno. Por si fueran pocos los conflictos que le consumieron la mayor parte del crédito político en sus primeros dos meses de gestión, derivados de conjunción entre la herencia que le dejó su antecesor en el comando de Valle Viejo, Gustavo “Gallo” Jalile, y la interna peronista, se le vienen a exacerbar ahora los problemas por la inconclusa obra de las cloacas, que se arrastra hace seis año y no alumbra.
La iniciación de los trabajos, adjudicados a la empresa COARCO, se anunció en junio de 2014 tras muchas vueltas. El plazo de ejecución era de dos años, con un presupuesto de 515 millones de pesos que generó objeciones de la oposición en ese momento, pero ahí sigue en veremos. Solo se instaló la red troncal, que es la mitad. Falta la red para las conexiones domiciliarias, sin las cuales el caño madre no sirve para nada.

A seis años, todavía con sistema de fosas, los chacareros se sienten con justa razón estafados, aunque los extravagantes y crónicos escandaletes que protagonizan sus dirigentes y las tensiones por las cesantías decididas por Zenteno para aliviar las colapsadas finanzas comunales les dejan poco margen para otras inquietudes. 
El malestar es producto menos de las demoras del sistema cloacal que de los defectos de lo hecho hasta ahora, que emergen en hundimientos de la calzada asfáltica por la mala compactación del suelo. Problema mayúsculo para la Intendencia, que a gatas llega a pagar los sueldos. Queda supeditada a que COARCO se avenga a reparar lo que se rompe por el trabajo mal hecho.
Jalile llegó a judicializar la controversia con la firma con una denuncia penal en diciembre de 2016 y paralizó todos los trabajos hasta que arreglara lo descompuesto. 
"Esto se dio como consecuencia de la negligencia de la empresa al ejecutar la mega obra y por la falta de las inspecciones correspondientes en todos los trabajos por las cloacas”, señalaba el planteo.


Pero otra vez la burra al trigo y en el mismo punto: la llamada Punta del Asfalto. Ya en julio del año pasado, un camión cargado de materiales se hundió allí cuando el pavimento cedió. Jalile estaba en campaña y cargó contra la empresa y la exintendenta peronista Natalia Soria, bajo cuya gestión se habían enterrado los caños.
“Nosotros no somos los responsables. Si a mí me hubiese tocado estar como intendente en ese momento hubiera pedido ser parte fundamentalmente en cuanto a la compactación, que eso es parte directa del municipio por los daños que puede causar. Nosotros trataremos de seguir parchando en parte como lo hicimos, buscando dar respuestas mínimas, pero hay cosas gravísimas por no haber compactado como corresponde”, tiró el Gallo.

De paso, como la condición de mochila plúmbea de la candidatura a la reelección de Mauricio Macri se hacía cada vez más ostensible, aprovechó para tratar de despegar.
“Si la Justicia tiene en mano las demandas nuestras tendría que actuar. Desde que asumimos estamos con este tema, ya no se aguanta más, hay que tomar el toro por las astas. Si la empresa se tiene que ir, que se vaya; si tiene que reparar que repare, pero que tome decisiones el Gobierno nacional. Están mariconeando, porque son y están comprometidos como los Kirchner en una obra corrupta. Acá hay funcionarios del Gobierno nacional que son tan corruptos como los Kirchner”, dijo. 
Cacareos proselitistas, por cierto, pero de cualquier modo marcan el tuétano del problema. En primer término, a cuánto terminará elevándose el costo de las cloacas chacareras, si es se toma la decisión política de terminarlas. Y de ahí: quién o quiénes cargarán con las responsabilidades por la pérdida de tiempo, que es de dinero. n

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