jueves 28 de marzo de 2024
Cara y Cruz

Que no sea jarabe de pico

El caso de la niña de 12 años que logró registrar abusos y amenazas de su...

Por Redacción El Ancasti

El caso de la niña de 12 años que logró registrar abusos y amenazas de su tío en las cámaras de seguridad de su casa marca la superlativa importancia que tiene la aplicación plena de la Educación Sexual Integral laica. 
El prófugo Leandro Martínez tiene 43 años y ultrajaba a su sobrina desde hacía tiempo. Los padres de la niña se habían enterado de la situación en 2018, por unos audios de whatsapp que ella había enviado a una compañera del colegio, pero al parecer se avinieron a mantener una especie de pacto de silencio interno para no afectar a la esposa del depravado. 
Fue la escuela la que dio cuenta de la trama. En una clase de Educación Sexual, la chica contó frente a sus compañeros su traumática experiencia. La maestra informó de inmediato al gabinete psicopedagógico, que dio participación a un centro de niñez. 
La familia de la niña instaló entonces las cámaras que ella utilizó para sellar la suerte de su tío. Delicias del sistema: una niña angustiada debe desarrollar su astucia precozmente para poner en evidencia a su victimario.


La mayoría de los abusos a niños es intrafamiliar. El casos sintetizado muestra como la ESI se transforma en herramienta para que niños, niñas y adolescentes se autoprotejan, en una sociedad donde todavía hay amplios sectores reticentes a denunciar los ultrajes, sea por vergüenza o porque los han naturalizado. 
La necesidad de generar conciencia es incontrastable en Catamarca, cuyos índices de violencia sexual son alarmantes. Urge afianzar la ESI y que los interesados en tal objetivo sostengan la presión.


Cuando el ministro de Educación de la Nación, Nicolás Trotta, consignó en Catamarca que extender la ESI a todo el país era uno de los objetivos de su gestión, la cartera educativa local, a cargo de Francisco Gordillo, se apresuró a difundir una resolución en la que ratificó el compromiso de implementarla. 
El instrumento legal es superfluo, porque Catamarca está adherida a la ley nacional ESI desde 2018. Sin embargo, para Gordillo era necesario dejar constancia del pronunciamiento menos por exhibir sintonía con su par nacional Trotta que para regar la polvareda que había levantado su decisión de designar al frente de la Dirección de Educación Privada a Rubén Martí, un reconocido y enfático opositor a la legalización del aborto y, por lo menos hasta que asumió, a las reformas de la ESI que se promueven en el Congreso. 
El cuestionado Martí salió luego a reforzar la declaración y anunció que la aplicación de la ESI será “ejemplar” en Catamarca.
Bien está que el Ministerio de Educación y sus funcionarios publiciten sus intenciones, pero dados los precedente, conviene recordar que la saliva es gratis y que consolidar una ESI laica demandará en Catamarca bastante más que jarabe de pico.


El impulso oficial en este sentido de 2018 a esta parte ha chocado con severos obstáculos, debido no solo a la resistencia de directivos y docentes, sino también, y quizás sobre todo, a factores de orden cultural. 
Los propios docentes, hechos profesional y personalmente de una sociedad donde el tema fue poco menos que tabú hasta no hace mucho, precisan orientación y formación para un abordaje que, conforme a la ley, debe ser “transversal”. Baste imaginar los dilemas que interpelan a gran parte de ellos en asuntos como las elecciones sexuales distintas a la heterosexual, o las parejas homosexuales, o la misma violencia de género, de las que algunas docentes pueden hasta ser víctimas.
Antes que gratuitas manifestaciones, la ESI demanda asignar recursos materiales y humanos al despliegue de un sistema que consiga superar por fin prejuicios muy acendrados.n

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