jueves 28 de marzo de 2024
cartas al director

Alma y sentir del hachero

 

El hachero cuando llega a viejo,

se atropellan los recuerdos

las cosas que has vivido y

esa vida de obrajero en su cuerpo

se quedó prendido.

El hombre cuando llega a viejo

se le viene a la memoria

el tiempo que ha transcurrido,

en su mirada se ve niño y

comienza a andar con él

los caminos que ha recorrido.

En aquellos tiempos los abuelos,

mate en mano como pa’ pasar el tiempo,

te endilgaban un consejo

como pa’ dir aprendiendo

"no tocar las cosas ajenas",

"respeto por el mayor",

"no deje la buena senda

porque la otra lo lleva al diablo"...

debía portarse bien, entiendo yo.

Mientras estas charlas sucedían

la patrona tiraba un pedazo de carne

en las brasas, al mismo tiempo cocinaba

un guaschalocro

con charquicito molido

era una vieja costumbre

que en estos tiempos se ha perdido.

Al final de la jornada, y por una lógica razón,

se arrimaba al fogón tuita la paisanada,

el mate de mano en mano,

porque es una tradición.

Allí surgen los relatos,

de aquellos que peinan canas.

Pitando un cigarro e’ chala,

como pa’ oxigenar el cerebro,

te cuentan de todo aquello

que le ha pasao en la vida,

son testigos las heridas

que lleva en su corazón.

Otro paisano sin apartarse

de la reunión le sacaba

filo a su hacha con un viejo moldejón.

Todos juntos los paisanos

hachaban sin medir el tiempo

mientras le quede resuello.

Muchos de ellos ya se fueron

buscando el descanso eterno.

En el silencio de la noche te sorprende

un silbido que estremece,

es un alma en pena

pidiéndote que le reces,

al dios de la misericordia

para que su sufrimiento cese.

Pero en los pechos cristianos,

con el rosario en la mano

se hace cruz una oración,

rogando por esa almita

para que Dios le dé su perdón.

Otras veces te sorprende,

el absoluto vacío del silencio

es allí donde te sacude

el polvo de la memoria y…

Empiezan arriar los pensamientos.

El hombre cuando llega a viejo,

pierde lo que ha merecido,

intenta vivir mejor pero

sus sueños ya se han ido.

Se afirma con un bastón como pa’ darle sentido,

a las pocas fuerzas que le quedan

para llegar al destino…

La muerte lo está esperando

en el final del camino.

En mi reflexión yo les digo,

la esposa con los hijos,

le lloran cuando se ha ido,

y yo les pregunto ahora…

¿se acuerdan cuando está vivo?

Cuando camino en esos campos

me imagino que los veo, …

Me topo con un quebracho

que de terco no se ha ido,

me parece que los dos

vamos por el mismo camino,

solo le pido a mi dios,

que la muerte no sea un castigo,

para que mi alma descanse

allá en su paraíso.

Alma y sentir del hachero

es la que llevo conmigo.

 

Alfredo Jerónimo Brizuela

DNI 6.960.911

De Retiro - Huillapima

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