viernes 29 de marzo de 2024
CARA Y CRUZ

Los girasoles del balotaje

Por Redacción El Ancasti

Después de los catastróficos resultados obtenidos en las primarias de agosto, el elenco catamarqueño de Juntos por el Cambio hizo enfáticos esfuerzos para tratar de distanciarse de sus referentes nacionales e incorporar a la agenda de campaña tópicos que estimaban inconvenientes para el Gobierno.
Las maniobras se estrellaron en la indiferencia de un oficialismo al que las amplias ventajas logradas en las PASO, potenciadas por la inercia de la fórmula Alberto Fernández-Cristina Kirchner, le facilitaron encriptarse y sostener el concepto proselitista de un equipo que continuará operando armónicamente durante la gestión de Raúl Jalil: “Sigamos dando lo mejor”.
Fracasados los insistentes intentos por provincializar el proceso, los locales de Juntos por el Cambio adoptaron la línea oratoria medular del espacio a nivel nacional: el domingo se define la integridad de la República, amenazada por el kirchnerismo que se oculta tras la máscara herbívora de Alberto.

 

El eje, que trabaja sobre la grieta, había sido planteado hace un mes por la diputada nacional Elisa Carrió, líder de la Coalición Cívica, quien interpeló durante una visita a Catamarca a los intendentes radicales que quieren cortar del voto a Macri.  "No tengan una actitud mezquina y apoyen la lista completa. Hoy está en juego la República, no las cloacas. Se lo digo a algunos intendentes de nuestro espacio: trabajen por la boleta completa”, les advirtió.
El fin de semana, el senador nacional Oscar Castillo acompañó a los candidatos a gobernador y diputado nacional Roberto Gómez y Rubén Manzi en un periplo por el oeste y resucitó el argumento.
“No dejen que nos arrebaten la República, que nos arrebaten la democracia. No dejen que nos arrebaten algo que es clave para nosotros, que es la libertad. No se vota Macri o Fernández, sino un estilo de vida, un modo de vivir. Pongan la boleta completa, porque están haciendo Patria y libertad”, arengó.

 

En una entrevista concedida a Radio Ancasti, Manzi consideró el martes que sería “grave” para el equilibrio institucional que el Gobierno capturara las dos bancas del Congreso que se dirimen en este turno, cosa que ocurriría si los resultados de las PASO se replican el domingo.
Su inquietud no es solo republicana: sería él el que quedaría afuera llegado el caso. Tiene que remontar unos siete mil votos.
En la edición de hoy se reproducen las aflicciones de Gómez por los perjuicios que sufriría el sistema democrático en caso de ganar Fernández (ver página 2).
Como los girasoles siguen al sol, los opositores catuchos se orientan hacia un eventual balotaje.
El viraje a la nacionalización es síntoma de la expectativa que hay en un repunte que le permita a Macri pasar a segunda vuelta contra Fernández, repunte que, entienden, los traccionaría para mejorar la performance de agosto en la provincia y en la Capital. Las esperanzas en tal sentido se cifran en la respuesta a la marcha del “Si se puede”, que los gurúes del sector interpretan favorable.

 

Además, los girasoles del balotaje buscan compensar, en el mejor de los casos neutralizar, la fisura estratégica con los intendentes radicales, a quienes el republicanismo les resulta demasiado abstracto cuando tienen en juego el pellejo propio.
Con el chacarero Gustavo “Gallo” Jalile como representante más evidente, se han recluido en sus distritos y desarrollan campañas entintadas de localismo. Tratan así de blindarse a los embates del Gobierno, que ha redoblado los esfuerzos proselitistas en sus distritos para desplazarlos.
Jalile ni menciona a Macri o el presunto riesgo que corre el sistema republicano argentino: convoca a sus vecinos, cualquiera sea su filiación, a defender la identidad chacarera de intrusiones foráneas.

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