La corrida cambiaria y consecuente devaluación del peso de los últimos meses hizo temblar la economía nacional y trajo numerosos perjuicios a diversos sectores, sobre todos los asalariados, que ven encarecer los productos que consumen a un ritmo bastante mayor que los aumentos que reciben en paritarias.
Pero la suba del dólar también produce, aunque muy puntualmente, algunas oportunidades. Por ejemplo en lo que respecta al turismo interno. El dólar con la cotización atrasada le permitió a millones de argentinos viajar al exterior. El año pasado, por ejemplo, la salida neta de divisas por turismo alcanzó los 10.662 millones de dólares en la Argentina
Pero la suba de casi un cincuenta por ciento en los últimos meses encareció notablemente estas excursiones, lo que ya está provocando una baja considerable del número de turistas de nuestro país con posibilidades reales de visitar destinos extranjeros.
El cambio obligado de tendencia beneficiará a los destinos turísticos nacionales, porque no sólo les resultará más caro a los argentinos visitar el extranjero, sino que además a los extranjeros les resultará más barato visitar Argentina.
Se abre, en consecuencia, una nueva oportunidad también para Catamarca, una provincia que ha crecido en la última década en materia de turismo, tanto interno como internacional, pero que está muy por debajo, en cantidad y calidad, respecto de otros destinos similares del noroeste argentino.
Los hermosos, imponentes y muy variados paisajes, la riqueza histórica, cultural, religiosa y arqueológica, son lugares comunes en cualquier análisis que se haga respecto del potencial turístico de la provincia.
Del mismo modo, también es reiterativa la enumeración de las restricciones que permanecen si poder removerse aún para despejar el camino del desarrollo en la materia: las carencias en infraestructura (la específicamente turística, pero también la pública, como por ejemplo los caminos), en planificación estratégica, en capacitación de los actores privados y públicos o en coordinación y complementación.
Respecto de la complementación, persisten falencias que es preciso corregir de manera urgente, no sólo entre los sectores públicos y privados, sino dentro del mismo Estado. Según puede observarse, la articulación es escasa entre áreas oficiales. Por ejemplo, entre Turismo y Cultura. O entre Turismo y Obras y Servicios Públicos. O entre Turismo y Deporte.
La apuesta a un desarrollo turístico estratégico, planificado y sustentable amerita más que nunca la creación de una estructura estable que contenga a todos los actores involucrados, tanto del sector privado como estatal. Y que en su seno se debatan las mejores políticas para el turismo y los métodos más eficaces de implementación.
Si la creación de este ente coordinador siempre ha sido necesario, más aún lo es en la actualidad, en la que se abren nuevas e interesantes perspectivas para lograr el tan anhelado despegue definitivo del turismo en Catamarca.