jueves 28 de marzo de 2024
CARA Y CRUZ

Cadena de responsabilidades

Por Redacción El Ancasti

Con el correr del los días, se insinúa la intención de circunscribir los alcances de la investigación por el caso de los docentes tinogasteños que fraguaron licencias por largo tratamiento para viajar al Mundial de Rusia. Declaraciones de la directora de Reconocimiento Médico del Ministerio de Educación, Analía Leiva, apuntan a atenuar las responsabilidades de los médicos que suministraron a los infractores los diagnósticos para que pudieran avanzar en el fraude. Para la funcionaria, los docentes pudieron haber simulado patologías con habilidad suficiente para confundir el criterio de profesionales de la medicina que tienen entre sus funciones específicas está, precisamente, la fiscalizar que las dolencias alegadas por quienes solicitan licencias no sean un engaño. El circuito, para el caso del interior, incluye la ratificación de las patologías por parte de Reconocimiento Médico en diez días. Confirmado por Migraciones de la Nación que los docentes investigados salieron del país, los sumarios tendientes a sancionarlos aceleraron su marcha. Pero la actitud que se asumirá sobre el papel cumplido por los médicos intervinientes no es claro, pese a que en un principio se hablaba de pedir incluso, llegado el caso, la intervención del Colegio Médico. 

La norma -recordó Leiva- "existe desde 2015 y se las refrescamos con memorándum y circular en octubre, noviembre, diciembre, marzo, mayo y  junio, sino la cumplen es otra cosa, todos los docentes conocen el trámite que deben realizar para obtener las licencias”. Enfatizó que "el docente es el responsable de su conducta, no puede responsabilizar a nadie de lo que hizo porque conoce perfectamente el trámite que debe realizar en los casos en que su médico le otorga días por enfermedad”. “¿A quién le echamos la culpa? ¿Al médico?  Si el docente conoce el reglamento, la norma vigente y la incumple. Básicamente, nosotros no fuimos por estas personas, las agregamos en el listado porque no las teníamos en el sistema, y no la teníamos porque pidieron la licencia ilegalmente allá (por Tinogasta), porque si ellos hubieran tomado la licencia como dice la norma en Capital, se los tenía en el sistema. Pero como ellos, sabiendo que se los iba a detectar y los iba ir a visitar, la tomaron allá”, abundó. Es una perspectiva sesgada. El docente es obviamente responsable, pero el médico es partícipe necesario de la estafa: doloso si es que certificó una dolencia falsa a sabiendas; culposo si lo hizo por impericia o negligencia. La certificación médica es un elemento imprescindible en la maniobra, de modo que también los médicos que intervinieron en ella deben dar explicaciones.


La directora de Asuntos Jurídicos del Ministerio de Educación, Rosario Navarro González, fue cauta al referirse al desarrollo de la investigación (ver página 20). Su prudencia es lógica, pues cualquier indiscreción podría ser aprovechada por los acusados para empiojar el expediente. Sin embargo, la funcionaria confirmó que determinar el alcance de la actuación de la médica que otorgó las licencias no incumbe a Asuntos Jurídicos, aunque se informará “a las autoridades judiciales que tengan competencia”. El Ministerio de Salud no recibió aún notificación ni pedido de Eduación para evaluar la conducta de la profesional. Los pasos que la cartera educativa y el propio Gobierno sigan el caso sentarán precedentes de suma importancia respecto de un asunto tan crítico como el de las licencias docentes truchas. No solo se trata de actuar de manera ejemplar contra los docentes que incurrieron en la grave falta, sino de revisar todos los eslabones de la cadena de control montada por Reconocimiento Médico. El incidente puede servir para poner a prueba todo el sistema, no solo la catadura ética de un puñado de docentes. No es tan difícil si hay voluntad política, más aún si se tiene en cuenta que es inverosímil que en comunidad tan chica como Tinogasta, y con la tendencia al exhibicionismo mostrada por los docentes, la fraudulenta expedición mundialista pasara desapercibida.
 

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