viernes 22 de marzo de 2024
Cara y Cruz

Salud: impotencia crónica

Con la atención de la salud, como sucede con otras áreas y actividades...

Por Redacción El Ancasti

Con la atención de la salud, como sucede con otras áreas y actividades, pareciera que el problema de fondo no resuelto es una cuestión de escala. Esto es, del mismo modo en que los casos de enfermedades graves suelen ser derivados, cuando se puede, a otros centros de mayor complejidad fuera de la provincia, en el interior ocurre que por falta de médicos o aparatología los pacientes son enviados a la Capital. Muchas veces hasta mueren en el camino al hospital San Juan Bautista, como suele ocurrir con las víctimas de accidentes viales. Esta semana el minihospital de El Rodeo fue otra vez noticia por el caso de un hombre, el ex intendente Miguel “Lito” Reynoso, que murió por una falla cardíaca. Se descompensó a la 1 del domingo, su familia acudió al centro de salud de la villa, pero hacía una hora que se había retirado el médico de guardia y el próximo turno recién comenzaba a las 8. Llegó la ambulancia con una enfermera y el chofer que hicieron lo que pudieron, pero no fue suficiente. Los familiares de Reynoso apuntaron que la ambulancia, ni tampoco el centro sanitario de la principal villa turística de la provincia, cuentan con instrumental de reanimación. “¿Qué más tiene que pasar para que se provea de un desfibrilador al minihospital?”, se preguntó el hermano de la víctima. 

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El caso de Reynoso recuerda al de una mujer que a fines de 2014 llegó al minihospital con un accidente cerebrovascular, donde murió luego de agonizar durante 6 días. Sus familiares aseguraron que no solo no recibió la debida atención médica allí, sino que además un empleado les pedía que le dieran dinero para el combustible de la ambulancia si querían trasladarla a la ciudad y también para el viaje de regreso. A raíz del hecho, la familia de la víctima denunció en la Justicia penal a la ex ministra de Salud Noemí Villagra, quien por entonces había asegurado en público que “el sistema funcionó bien”. Seis meses después, un hombre falleció en las Termas de Fiambalá a raíz de un infarto que no pudo tratarse porque no había atención médica en el lugar, ni móvil policial, ni chofer para la ambulancia en Fiambalá -a 14 kilómetros-, ni médico de guardia en el hospital. El médico Luis Castro, jefe del centro de salud de El Rodeo –quien, vale destacarlo, también asistió como pudo a Reynoso pese a que se encontraba de licencia-, reconoció la ausencia de médicos de guardia entre las 24 y las 8, pero dijo que al respecto no puede hacer mucho. “Tradicionalmente le llaman minihospital, pero legal y administrativamente es un CAPS (centro de atención primaria de salud), es una posta”, señaló, y por esa razón consideró que es hora de que “se recategorice el centro, que se invierta en instrumental, en capacitación, en personal, porque la gente está cada vez más demandante”.

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Sin embargo, para Fernando Soberón, jefe del Área Programática Nº 1, la función del CAPS es solo de prevención. “No tiene mucha complejidad, y más en una población de 600 habitantes no se puede poner mayor complejidad. Hay que tener en cuenta que el promedio es de un médico para mil pacientes, es decir que sobra para la población de El Rodeo. Durante la semana hay dos médicos, hay un bioquímico, un odontólogo, hay un aparato de rayos que sirve para hacer una radiografía y derivarlo a la Capital; tenemos una ambulancia en perfecto estado porque la función más importante es la derivación", aseguró. Lo que Soberón omite es el hecho de que El Rodeo no solo creció demográficamente en la última década, sino que además también debe asistir a la población de las localidades ambateñas más cercanas, como Las Juntas y Las Piedras Blancas, entre otras. El caso es que si bien en términos generales mejoraron notablemente los indicadores de salud en Catamarca en los últimos cuatro años, el déficit estructural de la salud en el interior continúa intacto. No es tarea simple conseguir médicos rurales, pero tratándose de una villa ubicada a menos de 40 kilómetros de la Capital tampoco parece ser gran desafío prestarle mayor atención, más aún en temporada turística. 
 

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